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Historias de Clientes

«Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes». Es una frase que, a menudo, es atribuida a Albert Einstein, sin embargo, no existen pruebas de que sea suya. Pero de lo que sí estamos seguros es que Einstein no era precisamente de los que permanecían en su zona de confort.

Bien, dejemos de pensar (por un minuto) en quién podría haber dicho esta frase y hazte las siguientes preguntas:

- ¿Pospones aquello que te gustaría hacer y dices que lo harás «algún día»?

- ¿Dejas pasar buenas oportunidades por temor a asumir riesgos o perder más de lo que podrías ganar?

Si tu respuesta es afirmativa en cualquiera de los dos casos, la relación con tu zona de confort podría estar limitándote.

Por otro lado, sabemos que alcanzar la comodidad y seguridad es el deseo de muchos y no está mal, pero ¿qué pasa cuando de pronto ya no te motiva hacer cosas nuevas o sientes apatía de la rutina? ¿Acaso son señales de que debes salir de tu zona de confort? Sí.

Mar Cárdenas, experta en Aprendizaje y Desarrollo de personas y profesora en ESIC, dice que “ el primer paso, es reconocer que, si sigo haciendo las mismas cosas, obtendremos iguales resultados, y parece que, si estamos en ese punto de insatisfacción, es porque no queremos estar allí”.

¿Ansiedad? ¿miedo? ¿incertidumbre? Sí, son palabras que nos hacen sentir incómodos, sobre todo cuando nos sentimos seguros. Entonces, ¿por qué me tengo que enfrentar a lo desconocido si, pese a todo, mi zona de confort me hace sentir seguro y estable? Porque quizás no te has dado cuenta, pero tu zona de confort está impidiendo que crezcas o mejores tu rendimiento.

Según un artículo de ABC.es, “los expertos alertan de que esa sensación de seguridad puede llegar a ser perjudicial, pues supone una pérdida de incentivos y motivaciones que llevan a caer en la monotonía, la apatía, la desgana y el desgaste. Así, la zona de confort se convierte, contradictoriamente, en un lugar supuestamente cómodo y que creemos haber conquistado, pero que en realidad nos limita y nos tiene subyugados”.

Si sientes que estás en una relación complicada con tu zona de confort, en este artículo encontrarás algunos tips para que poco a poco dejes de posponer todas las cosas que te gustaría hacer y, por fin, recuperes la motivación.

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¿Qué es la zona de confort?

Es un espacio mental o estado de comportamiento donde no hay sentido de riesgo, por lo que las probabilidades de crecimiento son escasas. Estar en la zona de confort significa recurrir a una misma serie de comportamientos para evitar el miedo y la ansiedad. Sí, nos referimos a la rutina.

Tips para salir de la zona de confort

1. Es hora de asumir riesgos

Asumir riesgos nos da la oportunidad de aprender. ¿Recuerdas la frase «camarón que se duerme se lo lleva la corriente»? Muy bien, ¡no te duermas en tus laureles! Es decir, si quieres salir de tu zona de confort, tienes que moverte. ¿Y a qué nos referimos con “moverte”? A que dejes de hacer las mismas cosas todo el tiempo y empieces a asumir riesgos.

Por ejemplo: deja de posponer ese proyecto que tienes en mente hace años y cambia ese «algún día» por el «hoy». Asumir nuevos retos no solo potenciará la confianza en ti mismo, también te dará la oportunidad de aprender nuevas cosas. Y ya sabes que para aprender no hay edad.

Además, recuerda que la capacidad de aprendizaje es una skill que debes trabajar constantemente. De ella depende que seas empleable y puedas mantener tu empleo e incluso obtener uno mejor.

Y si aún no te ha quedado claro por qué debes “moverte”, te contamos que adquirir nuevas skills puede mejorar tu rendimiento y, por lo tanto, la calidad de tu trabajo.

También puedes probar hacer algo nuevo. Desde algo tan sencillo como salir a correr o leer un libro. Actividades como estas nos pueden enseñar a ver las cosas desde otro punto de vista. Ha quedado claro que de las nuevas experiencias siempre se aprende algo.

2. Mantente en una zona de rendimiento óptimo

¿Cierto grado de ansiedad puede mejorar nuestra productividad? Salir de la zona de confort puede provocarnos incertidumbre, pero ¿sabías que un poco de ansiedad o estrés puede ser beneficioso si lo que buscamos es mejorar nuestra productividad? En otras palabras, si estamos demasiados cómodos, nuestra productividad puede verse afectada por la monotonía y el desgaste.

En su libro “From Comfort Zone to Performance Management”, Alasdair A. K. White reflexiona acerca de la zona de confort. El experto en gestión menciona que la «zona de rendimiento óptimo» es “aquella que se puede mejorar añadiendo una cierta cantidad de estrés”. Es decir, el nivel de estrés es alto como para generar que la persona se esfuerce, pero no tan alto como para que se adentre en una «zona de peligro», donde el rendimiento se reduce.

3. Traza pequeños objetivos

Un objetivo, en vez de un salto a ciegas. Nadie dice que salir de la zona de confort sea sencillo, pero tampoco se trata de saltar a la aventura así, sin más, sino de tener un plan y trazar objetivos. Por ejemplo: puedes empezar por cambiar cosas pequeñas o trazarte pequeños objetivos.

No se trata de dividir una meta en pequeñas partes, sino en trazarse una meta pequeña. Por ejemplo: si tu objetivo es emprender un negocio, inscríbete en un curso de emprendimiento o estudia algunos casos de éxito.

Lo importante es que se trate de objetivos que se puedan lograr en un tiempo breve. Recuerda que tu siguiente objetivo tiene que ser más grande que el anterior.

A medida que vayas cumpliendo tus pequeños objetivos, estarás más cerca de cumplir tu gran objetivo.

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4. Recupera la motivación

La apatía es ese estado de desinterés que puede perjudicar tu crecimiento intelectual y emocional. No te permite crecer en ningún sentido. Si te preguntas por qué te cuesta tomar decisiones y has perdido la motivación, es momento de cambiar de rumbo y reinventarse.

¿Cómo puedo trabajar mi motivación? Sigue estos consejos:

- Apunta tus pequeños objetivos en un cuaderno o tenlos a la mano. Es importante que recuerdes para qué quieres lograr esas metas.

- Organiza tu tiempo para cumplir con tus objetivos y tareas. Establece prioridades. A medida que vayas cumpliendo tus metas, tu motivación se fortalecerá.

- Aléjate de los ambientes negativos. Rodearte de gente positiva te ayudará a dar lo mejor de ti.

- Procura mantener el buen humor. Recuerda que los mensajes negativos no aportan.

5. ¡Hola, nuevas experiencias!

Por último, amplia tus horizontes y mantente abierto a nuevas experiencias. ¿Por qué no? No es necesario que te conviertas en el próximo influencer, solo ten más presencia online y destaca tus skills. ¿Qué podrías hacer? Por ejemplo:

- Arma tu portafolio online o crea una web personal para contar sobre tu experiencia y lo que te apasiona hacer.

- Haz nuevos contactos.

- Optimiza y actualiza tu perfil de LinkedIn.

- Comparte contenido sobre lo que te interesa en tus redes sociales.

- Interactúa con otros usuarios.

Las oportunidades pueden aparecer en cualquier momento.

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No olvides que salir de la zona de confort significa desafiarte a ti mismo. Y tú, ¿ya decidiste girar hacia otra dirección? ¿Qué otro tip agregarías? ¡Es hora de reinventarse!