Una cultura de alto rendimiento es la piedra fundamental de equipos exitosos y desarrollarla debe ser una prioridad para los líderes y directivos.
Una cultura de alto desempeño no solo impulsa la productividad y la eficiencia, sino que también fomenta la innovación, el compromiso de los empleados y la adaptación a los cambios. En un mundo empresarial en constante evolución, estas cualidades son cruciales para sobresalir y mantenerse relevantes.
Por eso, en esta nota profundizaremos en cómo crear y mantener una cultura de alto rendimiento, identificando las mejores prácticas y los beneficios que puede aportar a una empresa. Al finalizar, sabrás cómo impulsar una cultura organizacional de alto rendimiento.
¿Qué es la cultura de alto rendimiento?
La definición de cultura de alto rendimiento apunta hacia aquellas organizaciones en las que todos sus integrantes están comprometidos, el trabajo se valora y se fomenta el aprendizaje continuo. Esto genera que los valores y los comportamientos de las personas estén alineados, así el engagement es alto y el desempeño comercial, la innovación y la producción destacan de la competencia en un período sostenido de tiempo.
Se puede observar desde los resultados: una cultura organizacional de alto rendimiento logra y supera sus objetivos de forma constante. Hay una gran variedad de elementos confluyendo en la creación de una cultura de alto rendimiento, y requiere de flujos fluidos y sólidos de comunicación y feedback. Algunos ejemplos de equipos de alto rendimiento los encontramos en marcas que todos conocemos, como Spotify o Netflix.
Acorde a la consultora McKinsey, hay 9 ítems organizacionales de los que se derivan prácticas de gestión que afianzan la construcción de una cultura de alto rendimiento. Desde esta perspectiva, una cultura de alto desempeño tiene los siguientes componentes:
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Dirección: visión compartida, claridad estratégica, involucramiento de los colaboradores.
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Innovación: desarrollo y distribución del conocimiento.
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Liderazgo: autoridad, consultoría, apoyo y motivación.
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Coordinación y control: evaluación de rendimiento, gestión de operaciones, gestión financiera, estándares profesionales y control de riesgo.
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Habilidades: adquisición de talento, desarrollo de talento y expertise.
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Motivación: valores, líderes inspiracionales, oportunidades de crecimiento, incentivos financieros, premios y reconocimiento.
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Ambiente de trabajo: confianza, competencia interna y creatividad.
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Responsabilidad: claridad en los roles y contactos por rendimiento.
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Orientación externa: orientación al cliente, captación de ideas, socios de negocio, relaciones con instituciones, gobiernos y sociedad.
Importancia de construir una cultura de alto rendimiento
Construir y fomentar una cultura de alto rendimiento en empresas grandes es de suma importancia, ya que puede marcar la diferencia entre el éxito sostenible y el estancamiento en un entorno empresarial cada vez más competitivo. Aquí hay algunas razones clave:
1. Mejora de la productividad
Una cultura de alto rendimiento se centra en la eficiencia y la excelencia en todas las áreas de la empresa. Esto se traduce directamente en un aumento de la productividad, lo que puede ser especialmente crucial en empresas con una gran cantidad de empleados y procesos.
2. Innovación continua
En una cultura de alto desempeño, se fomenta la creatividad y la innovación. Las empresas grandes a menudo tienen más recursos para invertir en investigación y desarrollo.
Si se canalizan de manera efectiva a través de una cultura de alto rendimiento, estos recursos pueden impulsar la innovación de manera constante, manteniendo a la empresa a la vanguardia de su industria.
3. Atracción de talento de alto nivel
Las empresas grandes suelen competir por los mejores talentos en el mercado laboral. Una cultura de alto rendimiento es un imán poderoso para atraer a profesionales excepcionales. Las personas talentosas buscan empresas donde puedan crecer y destacar, y una cultura que fomente el alto rendimiento es atractiva para ellas.
4. Retención de empleados
No solo se trata de atraer talento, sino también de retenerlo. Una cultura de alto rendimiento crea un ambiente en el que los empleados se sienten valorados y desafiados. Esto reduce la rotación de empleados, lo que puede ser costoso y disruptivo en empresas grandes.
5. Toma de decisiones más informada
En una cultura de alto rendimiento, se fomenta la recopilación y el análisis de datos. Esto permite a las empresas grandes tomar decisiones basadas en información precisa en lugar de suposiciones. Esto es especialmente beneficioso cuando se gestionan grandes entornos laborales.
6. Adaptación a cambios
En un mundo empresarial en constante evolución, la adaptación es esencial. Las empresas grandes a menudo son más resistentes al cambio, pero una cultura de alto rendimiento puede inculcar la mentalidad necesaria para abrazar y liderar el cambio de manera efectiva.
7. Reputación y competitividad
Las empresas grandes con una cultura de alto rendimiento a menudo tienen una mejor reputación en el mercado. Esto puede atraer a más clientes, inversores y colaboradores estratégicos, lo que a su vez fortalece su posición competitiva.
¿Cómo construir una cultura de alto rendimiento?
Los equipos de alto desempeño no se construyen de la noche a la mañana, y, sobre todo, requieren de entrenamiento, evaluación y apoyo constante. Las culturas de alto desempeño demandan un trabajo y un esfuerzo constante. Si has llegado hasta aquí determinado a construir una cultura de alto rendimiento, aprovecha estas recomendaciones para mejorar el performance de tus colaboradores.
1. Impulsa los tres valores de una cultura de alto rendimiento
Construir una cultura de alto rendimiento implica una gestión del rendimiento atenta y constante para alcanzar los estándares esperados. Impulsa estos tres valores y estarás más cerca de la cultura organizacional que deseas.
Autonomía
En las palabras de Greg Satell para Harvard Business Review, la diferencia entre el éxito y el fracaso se encuentra en la capacidad que tengan los líderes de articular las competencias individuales con un propósito superior, y eso llega con el entendimiento de los valores que se comparten.
En una cultura de alto rendimiento las personas y la empresa comparten los valores, por lo que cada individuo se maneja con un gran nivel de autonomía, alineado a los valores y objetivos generales, respondiendo a la confianza que los líderes le ofrecen.
Comunicación
Sin embargo, la autonomía no significa la ausencia de comunicación si no todo lo contrario. En una cultura de alto rendimiento, las personas hacen sin esperar indicaciones, pero la comunicación debe ser fluida, clara y empática.
Para que una cultura organizacional construya una comunicación de anuncios, horizontal y clara, se deben potenciar la confianza y las competencias sociales de los individuos.
Feedback
El feedback es un elemento fundamental de todo buen equipo. En una cultura de alto rendimiento, se brinda feedback constante, empático, y siempre apunta a mejorar la competencias de la persona que lo recibe.
Cada vez son más las herramientas y plataformas que permiten centralizar y administrar procesos de retroalimentación para grandes compañías. Por ejemplo, dentro de nuestra solución de desempeño encontrarás una herramienta efectiva para solicitar y dar feedback, desde los líderes hasta todas las personas del equipo, para identificar las oportunidades de mejora.
Plataforma Desempeño de Crehana
2. Define los valores y comunícalos cada día
El valor añadido a tus actividades hace de una empresa un mejor lugar para trabajar y más rentable. Tus valores impulsarán tu comportamiento día tras día. Los valores que definas para tu empresa en realidad contribuyen al éxito general.
Comunicar estos principios de manera efectiva es esencial para que todos los miembros de la organización los entiendan y se alineen con ellos para fomentar una cultura de alto rendimiento.
3. Refuerza el comportamiento positivo
Desarrolla una actitud positiva en tu equipo. Los líderes deben recompensar a las personas que representan los valores de la organización porque esto aumenta la probabilidad de que vuelvan a hacer bien el trabajo.
El éxito de un negocio depende del rendimiento de los empleados. Para reforzar con éxito, debes motivarlos a trabajar de manera más productiva, aumentando así la autoestima de los empleados.
4. Fomenta la comunicación abierta
Las organizaciones que fomentan la comunicación abierta en el lugar de trabajo dan como resultado un ambiente de escucha activa. En una cultura de alto desempeño, debe haber una línea de comunicación fluida con una conversación abierta e imparcial sin importar cuál sea el tema de discusión. Asegúrate de que el flujo de información sea fluido desde el nivel superior hasta el empleado de nivel inicial.
5. Empodera a los empleados
Como líder, tus empleados confiarán en que tus decisiones tendrán un impacto positivo en ellos. Pero a veces esperan sentirse capacitados para tomar aquellas decisiones importantes que están directa o indirectamente relacionadas con ellos.
Los líderes más exitosos trabajan para permitir que los empleados alcancen su máximo potencial en una cultura organizacional de alto rendimiento. Así es como puede fomentar el crecimiento entre ellos:
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Muéstrales tu confianza.
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Proporciona la formación necesaria.
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Comunica la visión claramente.
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No evites las pequeñas conversaciones.
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Permite la libertad dentro del límite.
6. Céntrate en lo que importa
¿Tienes una idea de qué tipo de acciones son importantes para tu cultura organizacional de alto rendimiento? La cultura interna suele confundirse con incentivos monetarios. Aunque son importantes porque son un gran complemento para tu cultura, hay muchas más cosas que importan, como:
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Espacio para el crecimiento
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Reconocimiento por el trabajo bien hecho
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Alto nivel de transparencia
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Sin favoritismo
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Sentido del propósito
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Liderazgo solidario
Cuando busques construir una cultura de alto rendimiento, ten en cuenta sus características para asegurarte de no perderse nada porque todo se reduce a la cultura de la empresa.
7. Promueve el liderazgo comprometido
El liderazgo comprometido es un concepto fundamental en la construcción de una cultura de alto rendimiento en una organización grande. Implica que los líderes de la empresa no solo ocupan cargos de autoridad, sino que también están profundamente comprometidos con los valores, objetivos y éxito de la organización.
Para ello, los líderes deben ejemplificar los valores de la empresa y demostrar un compromiso constante con el desempeño excepcional. Actúan de manera coherente con lo que predican, lo que aumenta la credibilidad de la empresa y fomenta la confianza de los empleados.
Estos líderes están comprometidos con el desarrollo de su equipo. Identifican el potencial de sus empleados y les brindan oportunidades para crecer y avanzar en sus carreras dentro de la organización.
En una cultura de alto rendimiento, el liderazgo comprometido no se limita a los niveles superiores de la organización. Se fomenta el liderazgo en todos los niveles, lo que significa que cada empleado puede contribuir al éxito de la empresa.
Una cultura de alto rendimiento se apoya en objetivos claros y proyectos exitosos. Con nuestro ebook de gestión de equipos de alto rendimiento descubrirás cómo impulsar el desempeño de las personas individualmente y de los equipos colectivamente, diseñar proyectos que motiven a los colaboradores y manejar las competencias grupales.
Fuente: Crehana
Desarrollar una cultura de alto rendimiento puede significar un antes y un después en los procesos y resultados de tu compañía. En un entorno altamente competitivo donde las empresas se esfuerzan por destacar de sus competidores, hacerlo desde las bases, con una perspectiva integral, marca mucho la diferencia.
¿Cómo crees que tu empresa puede crecer hoy?