En los más de cinco años que llevo liderando Crehana inicié un bloc de notas, en el que además de ideas, he ido apuntando los aciertos y errores que han convertido a Crehana en lo que es hoy.
De esa lista de aprendizajes que se basan en mi propia experiencia, hoy quiero compartirte cuatro reglas que considero fundamentales cuando se trata de emprender una startup.
Desde encontrar intervalos de tiempo en nuestro día a día para conocer a las personas que formarán parte de nuestro equipo, hasta comprender que, como líder, no serás el único en lidiar con la incertidumbre. Y finalmente, tener un compromiso con tu equipo y toda tu red de colaboradores.
Ahora veamos punto por punto.
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1. Ser parte de los procesos de selección
La primera regla tiene que ver con formar un equipo para construir el servicio o producto que queremos. En ese sentido, lo que aconsejo es que el founding team pueda participar en los procesos de selección de las nuevas personas que van a unirse, para conocer si cuentan con los skills necesarios que demandan trabajar en una startup y, sobre todo, si se encuentran dispuestos a comprometerse con el propósito que estás persiguiendo.
Por ejemplo, en los procesos de selección, tengo casi treinta minutos de conversación con los candidatos finales a ocupar un puesto en Crehana. Sin embargo, siento que muchos emprendedores prefieren no involucrarse en estos procesos debido a sus tiempos. Quizás sería mejor reagendar esa reunión sobre product o marketing, para conocer a las personas que van a ser parte de tu empresa.
Tenemos que asegurarnos que estamos trayendo a las personas correctas, porque son ellas las que van a remar (como decimos en Crehana) y hacer que día a día tu start-up esté más cerca de cumplir su propósito. Siempre digo que las personas que trabajan en Crehana son agentes de cambio. Por eso, en los procesos de hiring, nos aseguramos de ver eso en los candidatos.
A futuro, el objetivo es que esta regla se vuelva escalable. Si bien aún no tenemos la respuesta de cómo lo haremos, sí sabemos que queremos construir un equipo que sea los ojos de los ojos, para que, con el tiempo, ya no se necesite al founding team para este filtro.
Foto: Unsplash
2. Construir equipos autónomos
Uno de los errores que más recuerdo de mis primeros años en Crehana fue que muchas de las decisiones que se tenían que tomar eran dictadas por mí, es decir; al ser muy pocas personas en el equipo, la pauta exacta de lo que se tenía que hacer en todos los ejes recaía sobre mí.
Si bien las cosas se ejecutaban dos veces más rápido que el flujo natural, la dependencia era cada vez más alta. Entonces, se creó un loop continuo, que solo empezó a difuminarse a medida que fuimos sumando más talentos a Crehana.
Esta experiencia me hizo ver la importancia de tener a las personas adecuadas en los lugares adecuados, para que ellas mismas sean las que tomen las decisiones y hagan que los procesos dentro de la compañía sean mucho más ágiles. Es decir, que sean owners en vez de ejecutores. Recordemos que un owner es la persona que hace realidad las cosas y se hace cargo de los resultados de esas acciones.
Si bien esto no es sencillo al inicio, la idea es ir construyendo un equipo autónomo y empoderado desde el día 1.
Foto: Unsplash
3. Saber lidiar con la incertidumbre
Cuando trabajas en una startup, hay mucha incertidumbre debido al entorno digital y tecnológico, que suele ser muy cambiante y competitivo. Por ello, es necesario construir una cultura organizacional y un equipo que responda a un entorno de alta incertidumbre.
¿Cómo combatirla? Moviéndonos, ejecutando y probando hipótesis con un norte. Hipótesis que nos permitan comprobar si el camino que hemos tomado es el correcto. Esto tiene que ver con el poder la ejecución, del que les hablé en un artículo anterior. Y que podría resumirse en esta frase: hacer las cosas bien hoy y no mañana perfectas.
Tenemos que pensar que al momento de formar una startup estamos construyendo un producto y un equipo que lidiará con la incertidumbre. Y esta debe ser vista como un catalizador, mas no como un impulso que lleve al declive la performance del equipo.
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4. Tener un compromiso con los stakeholders
Si hay una palabra que debería definir a una start-up, es «compromiso». El compromiso con sus stakeholders, es decir, sus clientes, su equipo y sus inversionistas.
En Crehana, por ejemplo, tenemos una responsabilidad del equipo con los estudiantes: buscamos construir la mejor experiencia de aprendizaje para nuestros estudiantes, así que nos retamos día a día a mejorar esta experiencia y trabajar más productivamente para que nuestro compromiso se logre.
Además, estamos comprometidos con nuestros colaboradores, profesores y mentores: les hemos dado las herramientas necesarias y los recursos económicos para que se sientan contentos de ser nuestros partners.
Luego, tenemos un deber con nuestros inversionistas, con las personas que han apostado por nosotros (personas naturales o fondos de inversión).
Por ahora, estas son las principales reglas que considero vitales para que una startup, independientemente de su rubro, cumpla con su propósito. El ejercicio diario debe ser el de retarnos: preguntarnos cómo la experiencia que hemos construido puede ser mejor y cómo podemos trabajar más productivamente.