Seguramente en más de una oportunidad te has visto inmerso en falacias y argumentaciones durante una discusión. Probablemente no sepas de qué tratan ni mucho menos cómo evadirlas, ¡pero hemos llegado al rescate!
¿Te preguntas qué es una falacia? Es un argumento que parece válido, pero no siempre lo es. Estas, algunas veces son creadas por el locutor de forma intencional para obtener la razón en medio de una charla o para persuadir a su receptor. Pero algunas son transmitidas de manera ingenua por desconocimiento o ignorancia frente a un tema.
A partir de este momento, tendrás en tus manos el poder de sobreponerse ante estos argumentos falaces en medio de tus conversaciones o en textos argumentativos, pues sabrás identificar los diferentes tipos de falacias y reconocer cuando alguien solo quiere ganarte la partida. ¡Jaque mate para tu interlocutor!
¿Estás listo? Conozcamos la clasificación de las falacias y cómo vencerlas.
Fuente: Pexels
Falacia “ad hominem”
Estos argumentos y falacias son más comunes de lo que podrías imaginarte. Se llaman “ad hominem”, que en latín significa “contra el hombre”. Tal como su nombre lo indica, sucede cuando el locutor ataca a la personalidad de un oponente en lugar de atacar sus argumentos.
En otras palabras, son falacias o argumentaciones en las que se critica el mensaje de una persona basado en su físico, su personalidad o en sus antecedentes. Debemos tener mucho cuidado si frecuentamos este tipo de argumentaciones, e intentar ser muy asertivos a la hora de comunicar nuestras ideas.
Sí, esta falacia aplica cuando no quieres creer en las mentiras de tu ex porque en otras ocasiones ya te ha mentido.
Ejemplos de falacias argumentativas:
- Ese discurso de Camilo es mentira, porque él es un farsante.
- Ese shampoo no funciona. Es mentira lo que ella dice, mírale su cabello.
Fuente: Pexels
Falacia del hombre de paja
De todos los tipos de falacias, esta es la más intencional. Pasa cuando el locutor modifica o tergiversa el argumento de la otra persona porque le resulta más fácil atacar la versión ajustada que la versión original.
Estas falacias y argumentaciones son muy utilizadas cuando se quiere ganar una discusión, porque el locutor se hace mostrar más fuerte que el otro.
Si eres hombre y alguna vez te ha tocado dar la razón en medio de una discusión con tu novia, muy seguramente te has visto inmerso en cientos de estas.
Ejemplos de falacias argumentativas:
- Lucas: Amor, ya nos vamos. ¿Vas a ir así o te cambiarás la ropa?
- Vanessa: ¿Me estás diciendo que me veo horrible con esta ropa que traigo puesta? Prefiero no ir.
Falacia de la apelación a la autoridad
Este tipo de falacia consiste en darle veracidad a un argumento por la autoridad de la persona que lo ha dicho.
Hoy en día se escucha con frecuencia este tipo de falacia y argumentación, porque cada vez son más las personas que creen en la calidad de un producto o alimento ya que una celebridad lo ha recomendado. Es decir, se acostumbra a afirmar que es bueno sin haberlo comprobado, solo porque tu cantante favorita lo recomienda, es una falacia.
Ejemplos de falacias argumentativas:
- La teoría de la relatividad especial es verdadera porque así lo dice Albert Einstein.
- Esa crema es fantástica, la recomienda Sascha Fitness
Fuente: Pexels
Falacia de la falsa equivalencia
Estas falacias argumentativas consisten en cambiar algunas palabras de una frase con sentido ambiguo para confundir o engañar al receptor. En pocas palabras, cuando se busca adornar una idea y hacerla ver diferente a lo que realmente es.
Ejemplos de falacias argumentativas:
- Cambiar pasado criminal por indiscreciones en la juventud.
- Cambiar crisis económica por desaceleración.
Falacia ad populum
Esta falacia argumentativa, también conocida como "populista", supone que un mensaje es correcto o verdadero porque varias personas están de acuerdo con él. Lo encontramos con facilidad en ponencias o grupos de opinión.
También es muy frecuente utilizar estos tipos de falacias argumentativas en empresas donde se quiere llegar a un consenso sin generar inconformidades. Se elige el argumento con más votaciones, aunque este no sea el mejor para la organización.
Según el filósofo canadience Stephen Downes, “esta falacia se llama a veces “Recurso a la emoción” porque apelar a la población en su conjunto suele tener connotaciones emocionales”.
Si eres líder de una organización y has hecho este tipo de acciones, lo ideal es que logres aprender habilidades de comunicación interpersonal para que puedas elegir la opción correcta y comunicarla de manera asertiva, aunque no todos estén de acuerdo con ella en primera instancia. Alista tu discurso, prepara tu presentación y justifica con inteligencia la decisión final.
Ejemplos de falacias argumentativas:
- Ese aspirante a la alcaldía es el mejor porque todos van a votar por él.
- Esta idea está buenísima; todos en el comité la eligieron.
Falacia del costo hundido
Es una falacia y argumentación utilizada, en muchas ocasiones, para engañarnos a nosotros mismo. ¿Te ha pasado que tienes años trabajando en un proyecto, sabes que realmente no es rentable, pero continuas con él porque sientes que le has invertido mucho tiempo y esfuerzo? Entonces, estás dentro de una falacia.
Entendemos que en muchas ocasiones nos cuesta aceptar que un proyecto- o incluso una relación- a la que le hemos puesto nuestro mejor empeño, podría resultar en un fracaso, pero debemos evitar caer en estos tipos de falacias y actuar a tiempo, ¡usemos nuestro pensamiento crítico y tomemos buenas decisiones!
Falacia circular
Las falacias circulares ocurren cuando el locutor presenta una versión diferente del argumento como evidencia del mismo, es decir, para reforzar su mensaje utiliza el mismo argumento cambiando su estructura, pero manteniendo su esencia.
Estos tipos de argumentos también son conocidos como “petitio principii” o petición de principio.
Ejemplos de falacias argumentativas:
- Shakira ganará el Grammy porque es la mejor en la categoría.
- Lo que está escrito en la Biblia es la verdad, porque lo dice la Biblia.
Falacia de la generalización apresurada
El sitio web Psicología y Mente lo describe como “una generalización no fundamentada en datos suficientes”. Como su nombre lo indica, este tipo de falacias argumentativas consisten en una declaración generalizada que se da a priori, sin evidencias ni sustentos que la respalden. Suele surgir por llegar de manera apresurada a una conclusión.
Normalmente al momento de hablar tendemos a generalizar. En medio de una conversación, decimos frases como “todos son iguales”, “nunca haces eso”, “siempre tengo que ser yo”. ¿Lo has hecho, cierto?
Para evitar decir falacias y argumentaciones generalizadas, podrás usar palabras como:
- Algunas veces.
- A menudo.
- En algunas ocasiones.
- Tal vez.
- De pronto.
Fuente: Pexels
Falacia del falso dilema
Las falacias y argumentaciones de falso dilema suceden cuando limitamos a dos las opciones en una afirmación, pero en realidad existen más. Vámonos a un ejemplo para entenderla con más claridad:
Ejemplos de falacias argumentativas:
- Solo tienes dos opciones, vas al concierto o te quedas en casa. (En realidad, la persona tiene muchas más opciones de las que se mencionan. Puede ir a un restaurante, a un centro comercial, a cine entre otros muchos más planes.)
Como ya lo vimos, las falacias y argumentaciones se utilizan cuando se quiere ganar una discusión y entre tus opciones solo está tergiversar la información, pero, ¡que no te pase más! Aprende de manera asertiva a comunicarte y a resolver conflictos con inteligencia, ¡estamos dispuestos a ayudarte con nuestros cursos online! ¡Adelante!