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Estilo de Vida

Fuente: Chris Murray (Unsplash).

 

No es hiperbólico afirmar que nunca antes en la historia de la humanidad la narrativa audiovisual o, para ser más precisos, las narrativas audiovisuales habían estado tan presentes en nuestras vidas. Y, sin embargo, a veces ese término resulta un poco ambiguo. 

Aquí te diremos qué es y cuál es la importancia de la narrativa audiovisual en nuestros tiempos.

 

Índice

  1.   La cultura de la imagen
  2.   Lenguaje y narrativa audiovisual
  3. El relato
  4. Narratología
  5. Storytelling: el arte de contar historias
  6. Historias para la pantalla

 

La cultura de la imagen

Todos los días, a todas horas estamos recibiendo mensajes audiovisuales. Las pantallas se han multiplicado al punto de que llevamos una con nosotros en nuestros bolsillos a dondequiera que vayamos. Y con las pantallas también han aumentado de una manera estrepitosa los contenidos que consumimos. 

Pues sí, es muy probable que detrás de cada una de esas piezas de contenido que forman un rompecabezas infinito esté la narrativa audiovisual.  

El desarrollo de las tecnologías de información y comunicación (TIC) ha transformado al mundo —y de paso a nosotros— a un ritmo vertiginoso. Hoy ya no nos comunicamos como antes. Estos cambios paulatinos le fueron dando forma a lo que podríamos llamar la cultura de la imagen (o cultura audiovisual) en la que estamos inmersos. 

negativos de película

Fuente: Denise Jans (Unsplash).

 

Hace poco más de treinta años, en un Congreso Internacional de Semiótica, Umberto Eco afirmaba que la cultura audiovisual no iba a acabar con la comunicación verbal. Es cierto, sería difícil imaginar un mundo postlingüístico; lo que hoy prevalece son los mensajes multimedia, que combinan distintos sistemas de signos: varios lenguajes que se complementan para formar el mensaje, para contar una historia.

Sin embargo, algo que quizá alarmó a Eco hacia el final de su vida es la abrumadora cantidad de información que se ha generado durante el siglo XXI como consecuencia de la revolución tecnológica. 

Con la democratización del internet y la migración digital masiva, la ​huella digital de la humanidad ha tenido un enorme aumento. Se calcula que solamente en los últimos dos años se ha creado el 90% de toda la información existente en el mundo.

En un contexto en el que cada minuto se suben más de 500 horas de video a YouTube y se ven más de un millón de videos al día en TikTok, no es de sorprender que la narrativa audiovisual sea una de las formas más extendidas para contar historias de nuestros días.

Pantallas en el cruce peatonal de Shibuya, Japón

Fuente: Negative Space (StockSnap).

 

Lenguaje y narrativa audiovisual

El término narrativa audiovisual puede ser un tanto ambiguo, pues suele usarse para describir todo tipo de productos audiovisuales, desde videoarte, documentales y programas televisivos hasta películas, spots publicitarios y videojuegos. 

Los medios audiovisuales articulan el lenguaje auditivo y el visual para dar lugar a un tercer lenguaje —que es más que la suma de los anteriores y tiene características particulares—. El objetivo de este lenguaje audiovisual es contar una historia, construir un relato.

A este respecto, el videógrafo y editor audiovisual Juan Manuel Calisto afirma que “el lenguaje audiovisual es lo más similar que hay a la forma en que vivimos nuestras vidas, la forma en que soñamos y recordamos”, pues al igual que en los medios audiovisuales, al contar una historia editamos y seleccionamos algunos aspectos para hacerla coherente y llamativa.

Por su parte, el argentino Santiago Mouriño puntualiza en su curso de Introducción a la dirección de fotografía que, como cualquier lenguaje, “el lenguaje audiovisual se compone de signos que buscan expresar pensamientos y emociones”. Es por eso que al hablar de narrativa audiovisual se hace referencia a la función que ocupa cada uno de los elementos de ese lenguaje para configurar un relato.

 

 

En su libro, que lleva precisamente el nombre de Narrativa audiovisual, Jesús García Jiménez esboza algunas pautas para una definición que puede servirnos como punto de partida:

  • La narrativa audiovisual abarca los mecanismos y herramientos para construir relatos de cualquiera de sus medios: cine, radio, t.v., video, etc.
  • Cada uno de estos medios ha tenido a lo largo de su historia un desarrollo particular que se configura en la narrativa particular.
  • La narrativa también es la historia contada, la forma del relato particular (la narrativa de tal o cual película).
  • También se entiende la narrativa como todo el conjunto de la obra de un autor, un periodo, una escuela, un país, etc. También está referida a la forma de la expresión, como el género, técnica o estilo para contar la historia

 

Como se ve, se trata de una definición muy general y, por lo mismo, no carente de vaguedad. Para acotarla, pensemos en el origen de los medios audiovisuales y de las historias que éstos cuentan. El relato no es una particularidad de la narrativa audiovisual, sino que ésta es heredera de otros tipos de relatos y de modos de contar que provienen de otras áreas, quizá con un especial énfasis en la literatura.

cámara filmando a una cámara

Fuente: Florian Klauer (Unsplash).

 

El relato

Los relatos siempre han ocupado un lugar central en la vida de los seres humanos, al punto de que configuran nuestras creencias y conductas. Los mitos, las religiones, las ciencias, las ideologías, la publicidad… todos estos elementos de la cultura se asientan en relatos que moldean nuestra forma de entender y de estar en el mundo. Por eso podríamos decir que nuestras vidas son un entramado de relatos.

A propósito de lo anterior, la guionista, directora y montajista Delfina Jaureguialzo nos dice en su curso de Guión y dirección para cine que “somos criaturas completamente atravesadas por las historias. Siempre buscamos reportar nuestras experiencias y esclarecer emociones complejas; o sea, entretenernos a través del relato de anécdotas, chistes, mitos, romances, parábolas, historia y ficción”.

Además, nunca ha existido una sociedad sin relatos. Por eso, en su célebre Introducción al análisis estructural del relato, Roland Barthes caracteriza al relato como transcultural, transhistórico e internacional. “El relato comienza con la historia misma de la humanidad”, afirma el semiólogo francés; además se puede manifestar a través del “lenguaje articulado, oral, escrito, por la imagen fija o móvil, por el gesto y la combinación ordenada de todas estas sustancias”.

En La lógica de los posibles narrativos, Claude Bremond parte de la base de que “todo relato consiste en un discurso que integra una sucesión de acontecimientos de interés humano en la unidad de una misma acción”. 

Miranda July dirigiendo en set
Fuente: Miranda July por Matt Kennedy (Focus Features).

 

Narratología

Todos los relatos tienen una estructura narrativa. “Incluso la historia más pequeña, como un chiste —dice Delfina Jaureguialzo— está estructurada con un principio, un medio y un remate al final”. Esta estructura tripartita fue estudiada en la Poética aristotélica, que sentó las bases para contar una historia desde la antigüedad. En su curso, Jaureguialzo le dedica una clase a la vigencia de los preceptos de Aristóteles y su pertinencia para la narrativa audiovisual.

El arte de narrar consiste, entonces, en la habilidad para crear relatos (mensajes) a partir de la estructura (del código; en este caso, del lenguaje audiovisual). Es por eso que Toño Chouza afirma que “la estructura es quizá la parte más importante dentro de la elaboración técnica y analítica de un guión cinematográfico” en su curso introductorio al guión cinematográfico.

 

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Ante la infinidad de relatos, la narratología —término acuñado por Tzvetan Todorov hacia la segunda mitad del siglo XX— surgió como una disciplina semiótica que se encarga de describir y clasificar los relatos a través del análisis de sus estructuras, es decir, de los elementos que lo conforman. 

La narratología buscaba encontrar una gramática de los relatos, estudiar la forma en que las relaciones entre sus elementos generan significados, ya que es en la estructura (en la interacción de sus elementos internos) donde se lleva a cabo el proceso comunicativo.

Todorov propuso trabajar sobre dos niveles para el análisis de los relatos: la historia (que podríamos equiparar al argumento: comprende la lógica de las acciones creadas por los personajes) y el discurso. Al nivel del discurso lo que importa es la forma y no los acontecimientos (el cómo y no el qué).

 

Storytelling: el arte de contar historias

Todos los buenos contenidos tienen en común el hecho de que cuentan buenas historias, y las buenas historias tienen un conjunto de particularidades formales en común

El storytelling —nos dice Sergio Ituero— “es el arte de contar una historia creando una atmósfera mágica a través del relato”. Esto indica que el storytelling opera sobre el discurso, sobre la manera en la que se cuenta el relato. Y recordemos que, como escribió Christian Metz en La gran sintagmática del film narrativo, “el film es de todos modos discurso (es decir, lugar de concurrencia simultánea de diversos elementos actualizados)”. 

La forma en la que se cuentan las historias varía, como es obvio, dependiendo del medio en el que se cuenten. Se puede contar la misma historia por diferentes medios, pero el efecto será distinto porque cada medio cuenta con su propio repertorio de elementos para contarla, como se vuelve evidente con las adaptaciones cinematográficas.  

En el caso de la narrativa audiovisual algunas de las herramientas utilizadas para contar una buena historia son el uso de la imagen, el manejo del tiempo, el punto de vista, el ritmo y, por supuesto, la banda sonora.

“Desde películas hasta comerciales, la narrativa es lo único que logra una conexión emocional con el espectador”, reconoce la profesora Delfina Jaureguialzo, quien reflexiona sobre la importancia del storytelling en su curso de guión y dirección cinematográfica:

Una vez que se domina la técnica del storytelling es mucho más fácil crear nuevas formas de expresión audiovisual. Lo atractivo de esta forma de comunicación y entretenimiento radica precisamente en su habilidad para emocionar y luego resolver la tensión y restituir el equilibrio de una forma gratificante para el espectador. 

iPhone con la palabra "inspire" en la pantalla

Fuente: Avelino Calvar (Burst).

 

 

Historias para la pantalla

La narrativa audiovisual articula significados que dependen de encadenamientos materiales de varios lenguajes que al sumarse adquieren una fuerza que quizá no tenga parangón en la cultura contemporánea. Es por eso que los medios audiovisuales tienen un lugar privilegiado en el mundo actual y la mayor parte de las historias de nuestros días están hechas para la pantalla. 

Conocer las herramientas que la narrativa audiovisual ofrece hará que nuestras historias lleguen más lejos, porque —como escribió el pensador francés Jean Baudrillard— “en el corazón de esta videocultura siempre hay una pantalla”.

Espectadores en sala de cine

Fuente: Krists Luhaers (Unsplash).