El punto de fuga es uno de los conceptos más importantes de la composición. Bien sea que estemos hablando de una fotografía, un dibujo, el plano de un edificio o la escena de una película, el punto de fuga es el recurso que ayuda a darle profundidad a una imagen, aportándole perspectiva, armonía e incluso lecturabilidad.
Conocer y llevar a la práctica este elemento será vital para dinamizar cualquier composición que realices, por eso, en esta nota te explicaremos qué es el punto de fuga, cómo funciona y de qué manera puedes aplicarlo a tus futuras obras.
Nuestro objetivo es ir de la teoría a la práctica, así que te sugerimos alistar lápiz y papel para empezar a adentrarnos en uno de los corazones del dibujo.
¿Qué es el punto de fuga?
El punto de fuga es un punto imaginario que se da cuando dos o más líneas paralelas se encuentran en un mismo espacio, logrando un efecto de tridimensionalidad y guiando a la persona a observar una composición desde determinado punto de vista.
Dependiendo de la dirección que queramos establecer, el punto de fuga varía, por lo que no existe un número limitado de puntos de fuga, podemos decir, de hecho, que las opciones son infinitas.
¿Qué es la línea de horizonte?
Antes de que aprendas a dibujar paso a paso tus futuras obras de arte basadas en el punto de fuga, es necesario que conozcas este concepto. La línea del horizonte es una línea imaginaria que representa la vista que tendrá el espectador al observar determinado dibujo, y que servirá como base para trazar los ejes y puntos de fuga a tu composición.
¿Por qué es importante el punto de fuga en el dibujo?
Gracias a su uso no solo logramos un efecto tridimensional a lo que hacemos, también conseguimos que la composición logre mantener sus dimensiones y proporciones de forma precisa y natural.
Por otro lado, esta técnica ayuda a comprender cuáles son las fuentes de luz del dibujo, facilitando la aplicación de luces y sombras y aminorando los riesgos de una mala ejecución en la iluminación. Para comprobarlo, te invitamos a buscar dibujos con punto de fuga y sin punto de fuga, verás que para el segundo caso, las sombras se sitúan usualmente en los mismos lugares y en muchas ocasiones no hacen sentido.
Fuente: Unsplash
Independientemente de los tipos de dibujo que realicemos, el punto de fuga tiene la misma lógica y la misma aplicación, por lo que solo tendremos que revisar cuál será la perspectiva más acertada para la composición que queremos realizar, y cómo usarla para reforzar la intención que tenemos en mente. Recordemos que estas líneas visuales establecen una sensación de profundidad, por lo que podemos jugar con los tamaños y los planos.
Hay que resaltar que el punto de fuga en la arquitectura es uno de los elementos más importantes y básicos, ya que gracias a esto podemos plasmar todas las vistas desde el momento del boceto, de modo que sepamos cómo se van a establecer las bases y qué elementos se necesitan para llevar a cabo un proyecto.
El punto de fuga y los tipos de perspectivas
Para la realización de un dibujo, se pueden elegir de uno a tres puntos de fuga. Cada punto representa los tres ejes espaciales que existen: X, Y y Z. La elección sobre el punto de fuga dependerá de la composición que se decida hacer y de la complejidad de la misma.
Si quieres darte una idea más clara sobre este punto, puedes imaginar que los tres ejes que acabamos de nombrar son las aristas de un cubo y con base en esto, empezar a desarrollar algunos ejercicios de perspectiva que te ayuden a profundizar sobre los diferentes puntos de fuga.
Ahora, con base en las direcciones de los ejes ortogonales, encontramos diferentes tipos de perspectivas:
1. Perspectiva frontal
Esta es la perspectiva más sencilla que puedes encontrar. Cuenta con un único punto de fuga y es perfecta para quienes son principiantes y quieren tener un primer acercamiento a este tema, o también para quienes quieren dibujar habitaciones y pasillos.
¿Cómo hacer la perspectiva frontal?
- Dibuja la línea de horizonte y después, marca el punto en donde quieres que esté ubicado el punto de fuga. Piensa bien hacia dónde quieres fijar el punto de atención (por lo general, cuando se está comenzando a dibujar, se ubica en el centro) y pon un punto allí.
- Empieza a trazar líneas que salgan del punto de fuga. Haz tantas como necesites, teniendo en cuenta el objeto que vas a dibujar.
- Teniendo estas líneas como base, haz el dibujo para darle profundidad, ¡y listo! Superaste el primer reto.
Fuente: Portal Académico
Ejemplo de perspectiva frontal
El dormitorio en Arlés es una de las obras más famosas de Vincent Van Gogh. Con un único punto de fuga el artista logra representar su habitación de una forma tridimensional, dándole profundidad a cada uno de los elementos y al espacio en sí. Es una obra muy interesante porque a pesar de que la vista está dada de frente, cada objeto posee volumen.
Fuente: HA!
2. Perspectiva oblicua
Esta perspectiva se caracteriza por tener dos puntos de fuga que se ubican en los extremos de lo que llamamos línea de horizonte y que resultan perfectos para dibujar exteriores con edificios. El punto de vista se encuentra oblicuo a las dos direcciones del objeto a dibujar, generando una vista parcialmente ladeada, como desde una esquina.
¿Cómo hacer la perspectiva oblicua?
- Dibuja la línea de horizonte y después traza dos puntos de fuga en cada extremo.
- Haz una línea a 90° en relación a la línea de horizonte. Puedes ponerla donde quieras, siempre y cuando no exceda los puntos de fuga. Esto será conocido como eje y te servirá para ubicar el objeto a dibujar.
- Teniendo en cuenta los puntos de fuga que hiciste anteriormente, dibuja hacia abajo de la línea de horizonte dos líneas de fuga por cada punto hasta que logren unirse con el eje.
- Para establecer la altura del objeto, dibuja más líneas que partan de los puntos de fuga y ubícalas debajo de la cara superior de la figura hasta que se encuentren con el eje. Cuando las hayas unido, sabrás que has terminado.
Fuente: Portal Académico
Ejemplo de perspectiva oblicua
Crucifixion (Corpus Hypercubus) es una obra hecha por Salvador Dalí hecha en el año 1954. En esta pintura, el artista ubicó la línea de horizonte al fondo, dejando los dos puntos de fuga fuera del cuadro. Gracias a la perspectiva oblicua, podemos ver dos lados de la cruz, viendo la cruz y el Cristo con mayor profundidad y relevancia.
Fuente: Wahco Art
3. Perspectiva aérea
La perspectiva aérea cuenta con tres puntos de fuga. Cuando añadimos el tercer punto de fuga lo que estamos logrando es una distorsión de la perspectiva, generando una vista hacia arriba o abajo de un objeto.
¿Cómo hacer la perspectiva aérea?
- Dibuja la línea de horizonte y a continuación, dos puntos de fuga en cada extremo.
- Traza una línea a 90° en relación a la línea de horizonte. Puedes ponerla donde quieras, siempre y cuando no exceda los puntos de fuga. Esto será conocido como eje.
- Sobre el eje, añade el tercer punto de fuga en la parte inferior.
- Tomando en cuenta los puntos de fuga, traza hacia abajo de la línea de horizonte dos líneas de fuga en cada punto hasta que se unan con el eje.
- Ahora vamos con la altura de la figura. Dibuja más líneas que partan de los puntos de fuga y ubícalas debajo de la cara superior del objeto hasta que se encuentren con el eje.
- Taza dos líneas de fuga que partan del tercer punto de fuga y dirígelos hacia las esquinas izquierda y derecha de la cara superior. Esto será lo que genera la distorsión de la perspectiva.
Fuente: Portal Académico
Ejemplo de perspectiva aérea
La perspectiva con tres puntos de fuga nos permite ver el edificio hacia lados derecho, izquierdo y frontal, pero además, nos brinda un punto de vista contrapicado, es decir, visto de abajo hacia arriba, dando al espectador una perspectiva diferente a las que comúnmente podríamos encontrar si, por ejemplo, el edificio tuviera una vista de frente únicamente.
Fuente: Deviant Art
Como puedes ver, el punto de fuga es un concepto realmente importante para el dibujo, la arquitectura y el arte en general. Como dice Camilo Gonzáles en su curso online de Fundamentos visuales para arquitectura: “los conceptos de diseño y las herramientas que tienes a disposición son suficientes para empezar en el área del diseño arquitectónico”. Así que empieza a poner estos conocimientos en práctica, e implementa diferentes herramientas para que tu ilustrador interno salga a la luz.
Esperamos que de ahora en adelante empieces a añadir en tus dibujos la perspectiva con punto de fuga y a darle profundidad a tus cuadros. ¡Entre más técnicas tengas a tu alcance, mayor variedad podrás darle a tus dibujos! De hecho, seguramente, nuestros cursos online de dibujo y pintura te ayudarán en tu proceso de búsqueda y exploración.
¡No te rindas! La inspiración, investigación y constancia harán que tus cuadros se conviertan en obras maestras.