La flexibilidad laboral ha dejado de ser un beneficio opcional para convertirse en una necesidad estratégica en muchas organizaciones. El trabajo asincrónico, un modelo que permite a los equipos colaborar sin depender de horarios fijos, está ganando terreno como una solución viable para fomentar la productividad y el equilibrio entre la vida personal y profesional.
Para entender cómo implementar este modelo de manera efectiva, conversamos con Xavier García, Human Talent Director en Frontera Energy. A través de su experiencia, exploramos los desafíos, las mejores prácticas y los beneficios de los modelos de trabajo asincrónico.
¿Cómo garantizar equidad y evitar el burnout en un modelo asincrónico?
Uno de los principales retos del trabajo sin horarios fijos es asegurar que todos los colaboradores tengan las mismas oportunidades de crecimiento y desarrollo sin que esto lleve a una sobrecarga de trabajo.
"Lo primero que hicimos fue establecer criterios claros sobre qué roles pueden ser completamente asincrónicos y bajo qué circunstancias. No todos los puestos lo permiten, y es clave definir estas reglas desde el inicio para evitar confusiones", explica García.
En cuanto al burnout, García enfatiza que la responsabilidad es compartida entre la empresa y el empleado:
"Cada persona debe gestionar su propio balance, y la organización también debe poner límites claros y promover una cultura de respeto a los horarios. En Frontera Energy, implementamos estrategias de bienestar integral, incluyendo sesiones de mindfulness y apoyo psicológico, para evitar la fatiga laboral".
A su vez, los líderes juegan un rol fundamental en la gestión de equipos que operan en diferentes husos horarios y sin la necesidad de sincronizar sus horarios diariamente. Para García, las habilidades esenciales de un líder en este modelo incluyen:
- Visión estratégica clara: "el equipo debe saber exactamente qué se espera de cada miembro y cuáles son los entregables, sin importar cuándo se ejecuta el trabajo".
- Confianza y autonomía: "si un líder está preocupado porque su colaborador 'puede estar en una hamaca en Bali' en vez de trabajar, este modelo no funcionará".
- Comunicación efectiva y check-ins constantes: "reuniones cortas y efectivas son clave. Hemos reemplazado reuniones largas por check-ins de 15 minutos, inspirados en metodologías ágiles".
¿Dónde está el límite entre flexibilidad y desorganización?
Uno de los peligros del trabajo asincrónico es que la flexibilidad se convierta en caos. Para evitarlo, García recomienda establecer objetivos y expectativas muy claras.
"Un objetivo no puede ser entregar un reporte en marzo, porque eso es ambiguo. Debe ser específico: 'entregar el reporte el 7 de marzo a las 12 del mediodía'. Esto permite a los colaboradores gestionar su tiempo con libertad, sin afectar la productividad del equipo" asegura.
Además, la cultura organizacional juega un papel fundamental. "Si una empresa no tiene valores sólidos y una cultura de respeto, el modelo asincrónico puede volverse un problema. Por eso promovemos la conexión humana y la claridad en la comunicación", señala García.
Por otro lado, la evaluación del desempeño en un entorno asincrónico no puede basarse en la cantidad de horas trabajadas, sino en resultados tangibles. Según García, el seguimiento continuo es la clave:
"Usamos modelos de gestión de desempeño en los que las metas están bien definidas y se hacen evaluaciones periódicas. La comunicación es clave, sin caer en el micromanagement".
Lejos de debilitar el sentido de pertenencia, García asegura que este modelo ha fortalecido la cultura de Frontera Energy.
"Para nosotros, la posibilidad de ofrecer trabajo asincrónico ha sido un factor clave para atraer y retener talento. Sin esta flexibilidad, habríamos perdido profesionales altamente calificados que, por distintas razones, necesitaban mudarse de país o ajustar sus horarios".
Sin embargo, advierte que este modelo no es para todas las industrias ni para todos los roles. "Un geólogo con años de experiencia en un yacimiento no puede ser reemplazado fácilmente y el trabajo asincrónico puede funcionar. Sin embargo, en algunos casos la presencialidad sigue siendo clave".
¿Es el trabajo asincrónico el futuro?
El modelo asincrónico no es una tendencia pasajera, sino una evolución en la forma en que las empresas gestionan el talento. Sin embargo, su éxito depende de una ejecución estratégica y bien estructurada.
"Más que una moda, el trabajo asincrónico es una herramienta poderosa cuando se aplica correctamente. La clave está en la claridad de expectativas, el liderazgo basado en confianza y una cultura organizacional que lo respalde", concluye García.
Para las empresas que buscan adoptar este modelo, el reto es encontrar el equilibrio entre flexibilidad y estructura, asegurando que los colaboradores tengan la libertad de gestionar su tiempo sin comprometer la productividad ni su bienestar.