El desarrollo profesional y la gestión del talento en la era de la inteligencia artificial (IA) y la rápida incorporación de nuevas tecnologías enfrentan desafíos importantes. Según la Asociación Española de Economía Digital, la digitalización representó el 24.2% del PIB en 2023. Este crecimiento resalta la urgencia de actualizar continuamente las habilidades digitales para mantener la competitividad en el mercado laboral.
La integración de la IA en diversos sectores y la automatización de tareas rutinarias están cambiando la naturaleza de muchos empleos, obligando a profesionales y empresas a adaptarse rápidamente. Un claro ejemplo son los roles de editores de vídeo y copywriters, que han experimentado una notable tensión en la oferta de empleos durante el último año. Esto se debe al surgimiento de plataformas y aplicaciones que utilizan IA para crear vídeos con ediciones avanzadas y textos generados automáticamente. Estas nuevas tecnologías permiten a las empresas obtener resultados de alta calidad en menor tiempo y con menos recursos.
Aunque esto no implica la sustitución completa de estos roles, sí significa que en lugar de contratar a tres editores de vídeo, una empresa podría contratar solo a uno, quien, gracias a sus conocimientos en plataformas de IA, puede producir más contenido en menos tiempo. De este modo, los profesionales se orientan hacia la calidad y el alcance utilizando herramientas que aseguran una mayor productividad.
Este fenómeno se replicará en otros roles con el tiempo, lo que subraya la importancia de la actualización continua de los profesionales y la creación de programas de reskilling y upskilling en las empresas. Estudios estiman que para 2027, un 23% de los puestos de trabajo cambiarán y 6 de cada 10 trabajadores necesitarán formación adicional o un cambio de carrera (World Economic Forum, 2023). Además, estudios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indican que para 2030 habrá alrededor de 600 millones de nuevos empleos, muchos de los cuales demandarán competencias digitales especializadas.
La importancia de la formación continua no puede subestimarse. La actualización constante de habilidades no solo mejora la empleabilidad, sino que también es crucial para el crecimiento personal y profesional. Las empresas que invierten en programas de formación continua para sus empleados no solo mejoran su competitividad, sino que también fomentan una cultura de aprendizaje y adaptación.
Para los profesionales, mantenerse informado sobre las últimas tendencias y desarrollos en el ámbito laboral es esencial. Seguir fuentes confiables como Accenture, la OIT, Forbes y el World Economic Forum puede proporcionar información valiosa sobre las habilidades emergentes y las demandas del mercado laboral. Además, participar en programas de formación, talleres y cursos para desarrollar habilidades es una inversión en el futuro. La colaboración y el networking con otros profesionales también pueden proporcionar oportunidades para compartir conocimientos y experiencias.
Desde la perspectiva de recursos humanos, acompañar todos los procesos de digitalización con programas que ayuden a la actualización y proceso de cambio de los departamentos. Fomentar una cultura de aprendizaje continuo que valore y apoye el desarrollo profesional es fundamental para retener y atraer talento. Utilizar herramientas de evaluación para identificar brechas de habilidades y desarrollar planes de formación personalizados también es una estrategia efectiva para gestionar el talento en la era digital.
En conclusión, la integración de la IA y las nuevas tecnologías en el entorno laboral representa tanto un desafío como una oportunidad para los profesionales y las empresas. La formación continua, la adaptabilidad y el apoyo organizacional son esenciales en esta nueva realidad laboral para mantener la competitividad.