Si actualmente laboras o eres dueño de un negocio, necesitas saber qué es benchmarking. Muchas veces, cuando se lanza un nuevo producto o se quiere mejorar el desempeño de uno actual, se ignora hacer un benchmarking completo que permita evaluar y mejorar tu propuesta de producto.
No basta con hacer una simple evaluación de la competencia. Si realmente quieres tener una ventaja competitiva y crecer, adaptarse y mejorar, conocer qué es benchmarking y cómo hacerlo correctamente es crucial para cualquier organización.
Adelante te contamos qué es benchmarking, para qué funciona, y qué tipos de benchmarking existen. Con este know how, vas a poder llevar a cabo una evaluación correcta de tus indicadores más importantes y catapultar tu negocio a otro nivel.
Benchmarking: ¿en qué consiste?
Primero que nada, definamos qué es benchmarking.
Benchmarking es el proceso de medir métricas y prácticas del negocio y compararlas ( ya sea dentro de otras áreas del negocio o contra un competidor, la industria, u otras empresas alrededor del mundo ) para entender cómo y dónde la organización debe cambiar para mejorar su desempeño, esto es elemental para cualquier estrategia de marketing o marketing digital.
En pocas palabras, es un proceso de comparación referencial para medir y mejorar la calidad de un producto, servicio o proceso. Para que estas métricas sean útiles se deben comparar con un punto de referencia, también conocido como benchmark.
Por ejemplo, si tu negocio fabrica un bien en 30 minutos, este número no indica nada por sí solo. Pero si la comparamos contra la competencia que lo produce en 10 minutos (un benchmark) nos ayuda a ver dónde y cómo podemos reducir el tiempo de producción.
Resumido:
- Benchmarking: evaluación comparativa.
- Benchmark: punto de referencia.
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¿Para qué sirve el benchmarking y cuáles son sus beneficios ?
Como hemos mencionado, en pocas palabras, el benchmarking nos sirve para evaluar nuestra oferta de producto actual contra la competencia e identificar dónde podemos mejorar.
El objetivo central es mejorar uno o varios aspectos de un producto o de una empresa.
Identificar estrategias ganadoras → Hacer comparación de benchmark → Implementar y adaptar dichas estrategias → Mejorar
Además de esto, el benchmarking también tiene otros objetivos como:
- Identificar áreas y oportunidades que pueden ser mejoradas dentro de una empresa o en un producto.
- Ampliar el conocimiento de la propia empresa así como de tu competencia.
- Alinear al negocio con los estándares y mejores prácticas del mercado.
- Establecer objetivos SMART
- Mejorar la calidad de productos y servicios.
- Incrementar la productividad y optimizar los procesos de producción.
- Reducir costos.
Beneficios del benchmarking
Si el benchmarking se hace correctamente, tiene muchos beneficios para tu empresa, incluyendo los siguientes:
- Instaura una mentalidad de mejora continua.
- Facilita establecer procesos y parámetros claros.
- Permite una mejora continua de la calidad de tus productos o servicios lo cual lleva a una mejor reputación e imagen de la empresa.
- Da información valiosa acerca de las últimas tendencias y tecnologías en el mercado.
- Aporta la información necesaria para que el negocio sea más efectivo en ciertas áreas.
- Ayuda a controlar de manera eficaz la manera en la que la empresa progresa hacia los objetivos establecidos.
- Permite a las empresas descubrir nuevas oportunidades que impulsen su crecimiento.
- Mejora la motivación dentro de la organización y sus colaboradores.
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Tipos de benchmarking
Ya que conoces qué es benchmarking, para qué sirve, y cuáles son los beneficios, veamos los tipos de benchmarking que existen.
De acuerdo con el portal Business Management Ideas, existen cuatro tipos principales de benchmarking:
1. Benchmarking interno
Este tipo de benchmarking involucra, como su nombre lo dice, ver dentro de la organización qué áreas, empleados o proyectos tienen responsabilidades y actividades similares y definir las mejoras prácticas entre ellas. En pocas palabras, consiste en buscar ‘socios’ dentro de la misma organización. Por ejemplo, unidades de negocio localizadas en diferentes departamentos.
Una de las grandes ventajas del benchmarking interno, es que el acceso a datos e información sensible y confidencial es mucho más sencillo. Ya que los datos generalmente están estandarizados y disponibles, se necesita menos tiempo y recursos para acceder a ellos. Aunque la comunicación e intercambio de información sea rápida y eficaz, el benchmarking interno puede carecer de innovación y mejores prácticas que se encuentran en el mercado.
2. Benchmarking competitivo
Aunque existen otros tres tipos de benchmarking, el benchmarking competitivo es el benchmarking por excelencia. Como su nombre lo dice, este tipo de benchmarking consiste en llevar a cabo una comparación referencial entre tus productos o servicios con los de tu competencia directa.
Por ejemplo, un competidor que vende lo mismo que tú puede tener un sistema de reseñas dentro de su página web. Puedes replicar esto en tu propia página e implementar mejores prácticas para posicionarte de una mejor manera.
El benchmarking competitivo brinda la oportunidad de aprender de los líderes del mercado, pero debes recordar que no toda solución puede trasladarse a tu propio negocio. Una desventaja de este tipo de benchmarking es que toma tiempo y la información es más difícil de conseguir y adaptar.
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3. Benchmarking funcional
El benchmarking funcional consiste en comparar prácticas iguales o similares dentro de funciones parecidas más allá de tu industria o giro. Por ejemplo:
- Una aerolínea compara sus servicios en primera clase con los servicios que ofrece un hotel de cinco estrellas.
- Un equipo de fútbol adapta su preparación física inspirada en un equipo de baloncesto.
- Una maestra de primaria implementa estrategias de aprendizaje de un profesor de universidad.
Este tipo de benchmarking es fácil de ejecutar y puede llevar a innovación y mejoras.
4. Benchmarking genérico
Por último, existe el benchmarking genérico. Este tipo de benchmarking se enfoca en estudiar procesos de negocio que no están relacionados entre sí, pero que pueden ser ejecutados de forma idéntica o similar sin importar la industria o giro del negocio.
Por ejemplo, un aeropuerto puede administrar el inventario de equipaje inspirándose en cómo Amazon maneja sus almacenes con algoritmos.
Pasos a seguir para hacer un buen benchmarking
Si quieres hacer un benchmarking en tu organización, considera seguir los siguientes pasos:
1. Analiza y estudia tu propio negocio
Haz un análisis FODA que te permita identificar tus puntos fuertes, débiles y detectar oportunidades y amenazas.
2. Decide qué tipo de benchmarking harás
Selecciona los puntos de referencia que quieres utilizar para llevar a cabo tu evaluación competitiva.
3. Investiga a la competencia y/o líderes
Estudia los procesos y mejores prácticas en el mercado con los cuales quieres hacer un benchmarking.
4. Define tu plan de acción
Elabora un reporte que te permita ver claramente las estrategias a seguir y los objetivos a lograr.
5. Ejecuta y evalúa
Implementa las prácticas y procesos en tu empresa adaptándolas de la mejor manera posible. Haz una evaluación continua de tus resultados y acciones para mejorar constantemente
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Y ahí lo tienes. Ya conoces qué es benchmarking, para qué sirve, cuáles son sus beneficios, qué tipos existen y cómo implementarlo en tu organización. No importa el tamaño o giro de tu empresa, puedes llevar a cabo el tipo de benchmarking que más se adapte a tu negocio. Y recuerda que no necesariamente te debes cerrar a tu industria, puedes hacer un benchmarking competitivo y tomar inspiración de las mejores prácticas en el mercado.
El benchmarking es fundamental para que una organización mejore continuamente. Y no sólo la organización, también los productos y servicios mejorarán. El benchmarking es tan solo un pedazo de la administración de una empresa. Si quieres complementar el benchmarking con muchas más prácticas, te invitamos a suscribirte a nuestros cursos online de administración de empresas.
¡Mucho éxito!