¿Cuáles son las características de la resiliencia? En la ciencia de los materiales, la resiliencia se define como la capacidad de un material de absorber energía cuando se deforma por un impacto.
En el ámbito de la psicología, se refiere a la capacidad de una persona para doblegarse y luego volver a un estado de equilibrio ante la adversidad.
Pero ¿cuáles son exactamente las características de una persona resiliente? Ser resiliente significa compartir muchas cualidades similares que se aplican igualmente en un entorno personal y profesional.
En esta nueva entrada de blog, aprenderás cuáles son las características de la resiliencia y las señales para saber si eres una persona resiliente. Y si no, pueden decirte cómo serlo a través de estas 12 características de la resiliencia.
Sentido de control
¿Te percibes a ti mismo como alguien que tiene el control sobre su propia vida? ¿O le echas la culpa a factores externos por fallas y problemas?
Una de las principales características de la resiliencia es tener lo que los psicólogos llaman un locus de control interno.
Según Psyciencia, el locus de control hace referencia al grado en que las personas sienten que tienen el control de lo que ocurre en sus vidas, desde un evento rutinario hasta una situación de peligro.
Las personas solemos atribuir el “mando de nuestro destino” a dos factores: a nuestras propias decisiones o capacidades (locus de control interno) o a fuerzas externas, como Dios, la suerte o a cualquier otra categoría supernatural.
Si bien es cierto que en ocasiones las circunstancias simplemente están fuera de nuestro control, como los desastres naturales, en otros acontecimientos es posible intervenir y alcanzar una sensación de control.
El poder tomar decisiones que pueden afectar nuestro destino y desarrollar nuestra capacidad de afrontar cada situación es una de las cualidades de una persona resiliente.
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Habilidades para la resolución de problemas
La habilidad para enfrentar y resolver problemas es otra de las características de la resiliencia.
Cuando surge una crisis, las personas resilientes son capaces de identificar una solución que conducirá a un resultado determinado.
Pongamos un ejemplo de resiliencia en el trabajo: pierdes un gran contrato, consideras tus opciones y decides utilizar lo que has aprendido en el proceso para compensar los aspectos negativos de esta nueva circunstancia, asimilando de otra forma toda la experiencia.
Generalmente, en situaciones de peligro o amenaza, las personas menos resilientes desarrollan a veces una visión de túnel.
La visión en túnel es un fenómeno que afecta la capacidad para percibir los estímulos de nuestro entorno. Es decir, no se dan cuenta de los detalles importantes ni tampoco aprovechan las oportunidades.
En cambio, una de las cualidades de una persona resiliente es que es capaz de analizar un problema con calma y racionalidad y prever una solución satisfactoria.
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Conexiones sociales fuertes
Conectar con los demás es otro de los pilares de la resiliencia que no debemos descuidar.
Hay estudios que afirman que la conexión social puede reducir la ansiedad y la depresión, ayudarnos a regular nuestras emociones, conducir a una mayor autoestima y empatía y, de hecho, mejorar nuestro sistema inmunológico.
Menciona El Global Council on Brain Health que “si bien las personas varían en el grado en que buscan conectarse socialmente, los seres humanos comparten la necesidad fundamental de interactuar con otras personas. Experimentar relaciones y experiencias agradables con otros y compartir actividades conjuntas, por lo general contribuye a una sensación de bienestar en las personas”.
Al descuidar nuestra necesidad de conectar, ponemos en riesgo nuestra salud. Cuando hay que enfrentarse a un problema, es importante contar con personas que puedan ofrecerte apoyo.
Hablar de los retos a los que te enfrentas puede ser una forma excelente de ganar una mayor perspectiva, buscar nuevas soluciones o simplemente expresar tus emociones.
Esta es una de las características de la resiliencia que describe el poder tener la capacidad de contar con una red de amigos, familiares, compañeros de trabajo y grupos de apoyo en línea que los mantienen socialmente conectados.
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Mentalidad de superviviente
El arte de vivir empieza por tener una mentalidad de superviviente, la cual es fundamental entre las características de la resiliencia. Observa las historias de algunas celebridades, sus rasgos mentales son una parte fundamental de lo que les permitió soportar ciertas situaciones.
Si has presenciado o experimentado un acontecimiento traumático o tienes un cúmulo de experiencias traumáticas, eres un sobreviviente.
Sin embargo, a veces puedes no sentirte así. Después de experimentar un acontecimiento traumático, puede ser fácil adoptar una mentalidad de víctima. Uno puede percibirse a sí mismo negativamente como una víctima de la tragedia o del trauma.
Es muy posible que no te estés dando cuenta del impacto negativo que este tipo de mentalidad puede tener en tu bienestar general.
Por eso, entre nuestros consejos para desarrollar la resiliencia, a la hora de enfrentarte a cualquier crisis potencial, es esencial que te veas a ti mismo o a ti misma como un o una sobreviviente y no como una víctima.
Fundamentalmente, trata de evitar pensar que somos víctimas de las circunstancias y, por el contrario, buscar formas de resolver los problemas es de las principales características de la resiliencia.
Por muy difícil que parezca la situación, las personas resilientes se centran en buscar un resultado positivo.
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Aprendizaje a través de la experiencia
Cultivar las características de la resiliencia en nosotros significa también abrirse y estar dispuesto a asimilar rápidamente experiencias nuevas o inesperadas.
Las personas resilientes suelen preguntarse qué pueden aprender de dichas experiencias para actuar de manera diferente la próxima vez.
Más exactamente, la idea es aprender a responder en lugar de reaccionar emocionalmente. Solo así podrás acumular esas experiencias para ayudarte en otro momento.
En otras palabras, si puedes seguir sintiendo lo que sientes en situaciones adversas y, al mismo tiempo, ser capaz de elegir una respuesta, entonces descubres que puedes ser más resistente de lo que crees.
Es así como empiezas a comprender cómo has desarrollado tu capacidad de recuperación al lidiar con situaciones difíciles antes, en lugar de simplemente correr con tus sentimientos inmediatos.
Confianza en sí mismo
Las personas resilientes tienen confianza en sí mismas y esto les permite aprender de las situaciones difíciles.
Una fuerte autoestima significa que eres receptivo a las críticas constructivas, recibir cumplidos y elogios, y luego usarlos como un escudo contra palabras hirientes o dificultades. Esta es una de las características de la resiliencia más poderosas que puedes cultivar conscientemente.
¿Cómo mantener una alta autoestima?
- Recuérdate a ti mismo lo que puedes hacer, en lugar de lo que no puedes. No te menosprecies: si te oyes decir cosas negativas sobre ti mismo, te las creerás. Por ejemplo, "No soy bueno en..." o "Siempre lo hago mal..." o "No importa lo que yo piense...".
- En lugar de eso, recuérdate a ti mismo lo que se te da bien y habla en positivo de ti mismo. Intenta reforzarte positivamente: "tengo habilidades en XYZ..." u "otras personas pueden hacer esto, así que yo también puedo..." y "Mis opiniones importan tanto como las de los demás...".
Debido a que las personas resilientes confían en sí mismas, saben cómo correr riesgos sin sentir la necesidad de esperar la aprobación de los demás.
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Práctica de la empatía
Las personas que tienen empatía son capaces de comunicarse y escuchar más a las personas con las que se relacionan.
Mantener relaciones sólidas te permite expresar con éxito tus propias necesidades y deseos sin dejar de ser consideradas por los demás. Además, tendrás la capacidad de dejar de lado tus propias preocupaciones en ocasiones.
Esto significa que las personas que son capaces de tener empatía también se beneficiarán de una alta autoestima, una reducción de la soledad y un fuerte sentido de lo que son, y al hacerlo se vuelven más resilientes.
Una persona resiliente es capaz de superar los estados emocionales y físicos negativos que pueden surgir de situaciones de conflicto o dificultad.
Saber entender el punto de vista de los demás, incluso cuando tienes opiniones contrarias, es una actitud que te permite manejar mejor los conflictos y tener relaciones más fáciles y saludables.
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Intuición: el sentimiento “visceral”
Una de las características de la resiliencia no menos importante es la conexión con la intuición, ya que te habla a través de tu cuerpo y cuanto más cultivas la conciencia somática, más sensible te vuelves.
Si tienes una sensación física incómoda cuando estás tratando de tomar una decisión, presta atención.
¿Te sientes ligero o pesado? ¿Tienes una sensación de malestar en el estómago? ¿Tienes dolor de cabeza o diarrea? Podría ser simplemente el resultado de respuestas de estrés activadas por miedo falso, pero también podría ser tu intuición sonando fuerte y claro.
La intuición y la percepción son consideradas dos fuentes útiles de información muy utilizadas hábilmente por personas resilientes.
Adaptarse rápidamente
Otra de nuestra lista de características de la resiliencia es la capacidad de adaptación. Esto se refiere a la realización de ajustes físicos, emocionales y mentales, basados en nuevas circunstancias e información.
¿Te has preguntado alguna vez qué tienen en común las personas con más éxito del mundo?
Ya sean magnates de los negocios o atletas de talla mundial, sencillamente, además del talento y la inteligencia que poseen, una de las habilidades más importantes que cualquiera de ellos puede tener es la resiliencia y la capacidad de adaptarse al cambio.
Al respecto, Jaume Casas, profesor del curso de Resiliencia: Adaptación al cambio de Crehana, explica:
“Encuentren el ‘para qué’ están haciendo su evento deportivo o su reto profesional, ¿qué hay detrás de eso? Cuando encuentren ese para qué, todo cobra un sentido y cualquier dificultad se puede sobrellevar”.
Los ajustes que hagas de ahora en adelante pueden ser en tu comportamiento, percepción, creencias o juicios. Cuanto más eficaz sea tu capacidad de adaptación al cambio, más sano o sana y resistente serás ante los cambios repentinos.
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Saber poner límites
La resiliencia significa también poder defenderse cuando sea necesario. De tal manera que puedes evitar salir lastimado o lastimada cuando hay diferencias. Es importante poner límites para mantener tu identidad y tu espacio, incluso llegar a proteger a terceros.
Una de las cualidades de las personas resilientes es saber cómo evitar comportamientos invasivos y evitar juegos y manipulaciones que algunos podrían intentar poner en práctica, encontrando recursos, aliados o apoyo.
El primer paso para asegurar la protección de nosotros mismos es mejorar la forma en cómo nos comunicamos apelando a la asertividad. Es decir, siendo fiel a tus pensamientos y sentimientos y siendo consciente de cómo los expresas.
Para ello, pregúntate ¿qué tipo de comunicación usas para dirigirte a los demás? ¿Utilizas un estilo de comunicación pasivo o agresivo?
Las personas resilientes pueden experimentar ira, amor, molestia o tristeza, pero saben cómo expresarlas de manera honesta y abierta.
Si tienes un estilo pasivo, es posible que estés permitiendo que las necesidades de los demás se antepongan a las tuyas. Puede que tengas buenas intenciones, pero este estilo de comunicación puede generarte resentimientos dañinos con el tiempo.
Un estilo agresivo, en cambio, va en contra de los derechos de los demás. Esto es muy diferente a ser asertivo. Con la comunicación asertiva no hay acoso, ni tampoco intimidación, simplemente se trata de expresar claramente tus deseos o necesidades.
Capacidad de mejorar
Las personas resilientes tienen la capacidad de mejorar, crecer, avanzar y madurar a medida que pasa el tiempo.
Estas son personas que se están volviendo cada vez más competentes, resilientes, felices y libres, ya que siempre están pensando en formas que les permitan pasar menos tiempo sobreviviendo y más tiempo disfrutando de la vida.
Si presentas más de una de estas señales, lo más probable es que seas una persona resiliente.
Si no te encuentras en esta lista, o no te encuentras en absoluto, ya sabes en qué debes trabajar para aprender a desarrollar tu resiliencia y, así, aprovechar mejor cada situación para vivir una vida más plena.
Conservar el optimismo
El optimismo razonable sin importar las circunstancias es otra de las características de la resiliencia que deberías cultivar día a día en caso de no estar poniéndola en práctica.
Las personas resilientes trabajan con total autonomía porque son personas que demuestran con naturalidad un gran profesionalismo y saben tomar decisiones que traerán estabilidad y sinergia en sus relaciones. Esto lo logran a través de su actitud positiva.
¿Cómo alcanzar mayor optimismo en nuestras vidas? Te compartimos algunas recomendaciones:
- Una de las claves del optimismo es maximizar tus éxitos y minimizar tus fracasos. Es beneficioso observar honestamente tus defectos para poder trabajar en ellos, pero centrarse en tus puntos fuertes nunca está de más.
- Ten en cuenta que cuanto más practiques desafiar tus patrones de pensamiento y de conducta, más automático se volverá. No esperes grandes cambios de pensamiento de inmediato, pero sí que se arraiguen con el tiempo.
- Recuerda siempre que prácticamente cualquier fracaso puede ser una experiencia de aprendizaje y un paso importante hacia tu próximo éxito.
- Practica las afirmaciones positivas. ¡Funcionan de verdad!
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Hasta aquí nuestro artículo sobre las 12 características de la resiliencia. Si no te encuentras en esta lista, o si te encuentras poco en ella, ya sabes en qué tienes que trabajar para aprender a desarrollar tu resiliencia y así aprovechar mejor cada situación para vivir una vida más plena.
Si quieres poner en práctica estos consejos realizando ejercicios con herramientas que te ayudarán a incorporar la resiliencia en tu día a día, echa un vistazo al curso online de Resiliencia: Adaptación al cambio con el profesor Jaume Casas.
O si estás interesado en profundizar tus conocimientos en los negocios, tal vez te desees inscribirte en alguno de los cursos de Negocios online que tenemos para ti. Gracias por preferir este contenido. ¡Hasta una nueva oportunidad!