¿Crees que el financiamiento interno es una opción idónea para tu empresa o negocio, pero aún tienes dudas respecto a ello? Pues en este artículo te contamos algunos datos interesantes que te ayudarán a tomar la decisión más adecuada.
El financiamiento interno, una vez que entiendes el concepto, suena como un escenario ideal para cualquier startup. Sin embargo, como cualquier estrategia financiera, sobre todo las que desarrollamos desde lo interno de las empresas, tiene sus ventajas y limitaciones.
Si estás considerando levantar tu emprendimiento a través de una fuente de financiamiento interno, este post es ideal para que te enteres de todos los detalles al respecto. Así que, te recomendamos tomar un cuaderno y apuntar las ideas más relevantes.
¡Comencemos!
¿Qué son las fuentes de financiamiento internas?
En el ámbito de las finanzas corporativas, el financiamiento propio o interno es aquel conseguido a partir de los medios económicos de los que dispone el negocio. Estos medios se obtienen a través de su actividad, reservas, beneficios, etc.
Una empresa que aplique un modelo de financiamiento interno exclusivo, por lo general se apoya en los siguientes medios para lograrlo:
- Socios de la empresa: son quienes realizan un desembolso inicial y las aportaciones necesarias para el capital social.
- Empleados de la empresa: los empleados también hacen su aportación a los fondos de la empresa al adquirir acciones con un plan de descuento.
Las clasificaciones de financiamiento independientemente de su procedencia se dividen en activos de corto, mediano y largo plazo, pero ¿en qué categoría cae el financiamiento interno?
Dentro de los tipos de fuente de financiamiento, el financiamiento interno puede definirse como un tipo de financiación a largo plazo. Aspecto que es positivo, pues su vencimiento es superior a un año, incluso a veces, ni siquiera requiere de una devolución del capital invertido.
Este caso es similar al de otras fuentes de financiamiento de una empresa, como son los fondos de amortización, las ampliaciones de capital, los préstamos bancarios, etc.
Fuente: Pexels.
¿Por qué las empresas necesitan financiamiento?
Cuando hablamos de financiamiento interno o de cualquier otro tipo, es necesario comprender que la financiación o financiamiento de una empresa no es un acto gratuito o caritativo. Por ende, se debe planificar bien en qué invertir ese capital, pues los intereses de varias personas estarán en juego.
Las empresas necesitan financiamiento por el simple hecho de que, en la mayoría de casos, es necesaria una inyección monetaria o fundraising. Todo ello con el objetivo para contratar al personal adecuado, comprar los productos que se ofertarán o los materiales para confeccionarlos, llevar a cabo estrategias de publicidad adecuadas, entre otras acciones que requieren de capital.
En este sentido, las distintas fuentes de financiamiento para emprendedores y empresas son necesarias. Ahora bien, las fuentes de financiamiento empresarial se pueden definir según diversos criterios y varían según la etapa en la que se encuentre el negocio.
Sobre este último aspecto, nuestra profesora Elaine King nos comenta en su curso de Finanzas para emprendedores:
“Hay etapas para el fundraising o recaudación de fondos. Cuando empieza una startup se suele comenzar con las 3 F: Friends, Family and Foods. La idea es recaudar de tu entorno cercano entre 5000-10 000 dólares para poder poner en marcha y empezar a construir la iniciativa.
Una vez se inicia, lo común es aplicar incubadoras o aceleradoras de negocios, que lanzan concursos e iniciativas cuyo premio son fondos, asesoría, locaciones, etc. a cambio de acciones de la compañía.
Luego se apunta hacia los inversionistas, y en casos menos recomendables, se puede optar por pedir fondos institucionales de capital de riesgo”
Pero claro, muchas startups se topan con el problema de que los inversionistas tienen sus reservas a la hora de invertir en este tipo de negocios. Por ende, piden no solo un estado financiero de la empresa, sino también una proyección de la misma con base en 10 años.
En estos casos, Fico, co-fundador de Crehana, quien nos cuenta en el mencionado curso acerca del caso de éxito de la compañía. Nos recomienda hacer una planificación de la proyección de la empresa a 5 años, con una planeación exacta y precisa de los primeros 2 años, y luego valerse de la fórmula de una plantilla de finanzas para emprendimiento para dar un estimado de los restantes.
Como habrás notado, esas tres F que comenta nuestra profesora, podrían traducirse como las principales fuentes de financiamiento internas. Mientras que los inversionistas e incubadoras serían fuentes externas de financiamiento.
Claramente, estas fuentes externas, aunque pueden aportar más beneficios que solamente el capital, tienen la desventaja de su precio. Este consiste generalmente en un porciento de las acciones de la empresa u otro tipo de recompensa como las que pueden obtenerse en el crowdfunding.
Pero, para poner las cartas sobre la mesa, te invitamos a conocer los pros y contras del financiamiento interno.
Ventajas del financiamiento interno
El financiamiento interno beneficia tanto a la estructura como al funcionamiento del sistema de gestión de las empresas, y esto claramente se traduce en varias ventajas, como las siguientes:
- No se requiere de la aprobación de terceros para la toma de decisiones o para poner en marcha el proyecto.
- Tiene un coste menor que otras fuentes de financiamiento.
- Produce una mayor rentabilidad financiera al reducir gastos administrativos, bancarios, etc.
- No requiere del pago de impuestos.
- Se evitan los pagos por devolución de recursos ajenos.
- No requiere garantías de ningún tipo.
Como ves, no son pocas las ventajas de implementar fuentes internas de financiamiento, pero, ¿qué hay de sus desventajas?
Desventajas del financiamiento interno
La financiación interna también tiene sus puntos en contra, sobre todo si el autofinanciar un proyecto compromete los recursos de la persona para afrontar su día a día:
- Si se acumulan los dividendos, no se podrá remunerar a los accionistas, por lo que la rentabilidad de las acciones será menor.
- Los recursos son limitados.
- Puede llevar a realizar inversiones poco rentables, y que luego no se disponga de fondos para hacer otras más rentables.
- Los beneficios no repartidos que se destinan a reservas no se pueden deducir desde el punto de vista fiscal.
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Como ves, el financiamiento interno es una excelente forma de iniciar un emprendimiento. Sin embargo, hay que tener un control adecuado y saber manejar esas finanzas para evitar las desventajas del mismo.
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¡A por ello!