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Descubre para qué sirve un reglamento y pon en orden tu vida personal y profesionalDescubre para qué sirve un reglamento y pon en orden tu vida personal y profesional

Descubre para qué sirve un reglamento y pon en orden tu vida personal y profesional

Thais Puentes - 16 Ene 22

Articulo

7 min.

Los hemos usado toda la vida, pero aún no queda del todo claro para qué sirve un reglamento. Y lo cierto es que, aunque no lo creas, has estado usándolos durante casi toda tu vida, de forma consciente o inconsciente.

¿Te suenan las reglas de ortografía, las reglas del póker o la regla de tres en matemáticas? Bueno, quizás esta última no la utilizaste más que para lo necesario, como para un examen en la escuela. Pero nuestro punto es, que las reglas y reglamentos siempre han estado ahí, desde que nuestra especie se convirtió en sociedad.

Ahora bien, puede que en estos momentos busques una manera de organizar mejor tu vida, tus proyectos o incluso tu negocio. Si ese es el caso, seguramente estarás preguntándote cuál es la finalidad de un reglamento y cómo puedes aplicarlo a tus necesidades.

¡Pues no esperes más! Es hora de que tomes papel y lápiz, y anotes los conocimientos que te proponemos en este artículo. ¡Aprende las características de un reglamento y cómo hacer uno propio!

 

¿Qué es un reglamento y cuál es su función?

Antes de adentrarnos en explicar para qué sirve un reglamento, te brindaremos una definición de reglamento para dejar más claro el concepto.

Un reglamento es el conjunto de reglas o normas que son establecidas por determinada autoridad, para regular el comportamiento o roles de un conjunto de individuos.

El reglamento desarrolla las disposiciones de las leyes, y es una de las tantas otras normas que se encuentran dentro del campo jurídico. A diferencia de las leyes que pudiesen encontrarse en la constitución de un país, o en las leyes parlamentarias, las normas de un reglamento tienen un rango menor.

En una empresa, el reglamento suele emanar del poder ejecutivo, lo cual establece una jerarquía en dichas organizaciones. Sin embargo, este reglamento no pretende mutilar el espíritu de la empresa, sino que se debe integrar en la cultura organizacional de la misma.

¿Para qué sirve un reglamento?

Veamos cómo funciona un reglamento en ese contexto, en palabras de nuestra profesora Juliana López de Romaña, en su curso Cultura organizacional: Ambientes de trabajo de hoy:

“Los valores organizacionales definen el conjunto de principios, creencias, reglas, que regulan la gestión de la organización, y constituyen la filosofía institucional y la base de la cultura organizacional. Son las creencias que la organización adopta firmemente, y que junto con las normas o códigos internos, sirven de referencia a los miembros de la misma, para el desarrollo de su actuación profesional.”

A raíz de esta idea, si nos preguntásemos ¿para qué sirve un reglamento?, o ¿cuál es la función de un reglamento?, posiblemente, interpretemos que las normas y reglamentos de una empresa son las que dictaminan, en conjunto con los valores y creencias de la misma, la forma en la que deben actuar todos y cada uno de los trabajadores que en ella interactúan.

Esta es una conclusión sencilla, pero bastante certera, puesto que los reglamentos en todo tipo de instituciones (no solo en empresas) impiden fricciones y disputas entre las personas. Así, por ejemplo, en la estructura de un reglamento escolar, puede que encontremos normas sobre la vestimenta, el vocabulario, los recreos, etc., que permiten mantener un cierto nivel de disciplina y orden entre los estudiantes y el resto del personal docente y no docente.

normas y reglamento de un aula de clases

Fuente: Pexels.

¿Cuáles son los tipos de reglamentos?

Ahora que ya contamos con una introducción explicando a grandes rasgos para qué sirve un reglamento, es hora de hablar de los tipos de reglamentos que existen.

Lo cierto es que determinar cuántos tipos de reglamentos hay resulta algo complicado, pues esto depende del contexto en el que se exprese dicho conjunto de reglas. Por el momento, te presentamos los dos tipos principales y algunos de los subtipos que engloban:

Reglamentos generales

Los reglamentos generales plantean normas y conductas a seguir, en un marco bastante amplio. Es decir, sin detallar demasiado cada aspecto de dichas normas. Algunos ejemplos en este caso son el reglamento de orden público en una ciudad, o el de un deporte.

Dentro de los reglamentos de orden general se encuentran otros tipos de reglamentaciones como los siguientes:

  • Reglamento de leyes orgánicas: como son las leyes de un país concernientes a temas como la salud, la educación, el trabajo, etc.
  • Reglamento de leyes ordinarias: estas pueden ser las leyes que siguen los organismos judiciales y legales.  

Reglamentos internos

Los reglamentos internos son establecidos por organizaciones, clubes o empresas, y por ende solo pueden aplicarse a quienes conviven en ese lugar. Como ejemplos, podríamos citar el reglamento de un club de fútbol o el reglamento de convivencia de una comunidad.

Dentro de este tipo, pueden encontrarse varias clasificaciones:

  • Reglamento interno empresarial: los que se encuentran en compañías de distintos tamaños, y que establecen todas las normativas de obligado cumplimiento para cada trabajador.
  • Reglamento interno académico: el reglamento en instituciones educativas, que puede variar en su extensión y cantidad de normas en dependencia del nivel educacional y del departamento en específico. Pues no son iguales las características de un reglamento de biblioteca, que las de una escuela primaria o una universidad.

Además, podemos encontrar otros reglamentos que no restringen su validez a espacios físicos, por ejemplo los reglamentos web o los reglamentos institucionales de academias virtuales.

Por ejemplo, en Crehana, nuestros reglamentos se reflejan en los Términos y Condiciones y en las Políticas de Privacidad de nuestra plataforma.

No olvidemos tampoco los reglamentos no escritos que se encuentran al interior de cada hogar. Este tipo de reglamento se hace evidente quizás a través del calendario de limpieza de un piso compartido o en el horario máximo de llegada que permiten los padres a sus hijos adolescentes.

 

Características de un reglamento

Con el objetivo de comprender para qué sirve un reglamento, es necesario conocer sus características en detalle. Al descubrirlas, también aprenderás cómo hacer un reglamento. ¡Así que presta atención!

Algunas características de un reglamento son:

1. Organización

Todo reglamento debe seguir un orden lógico, que permita a quienes leen el mismo buscar la información que deseen. Al mismo tiempo, se debe establecer un panorama general de las reglas que se describen. 

2. Especificidad

En este tipo de documentos, se debe ir al grano en cada uno de los puntos, sin irse por las ramas en informaciones que no tienen tanta relevancia.

3. Imparcialidad

Como se trata de normas o leyes, estas deben ser objetivas y evitar favorecer a nadie. De lo contrario, se corre el riesgo de que no se acaten las mismas, como se intenta establecer.

4. Claridad

La escritura del texto debe ser bien legible y comprensible, sin que haya necesidad de ir a un diccionario u otro documento de referencia para entender lo que se dice.

5. Explicitud

No se admiten insinuaciones o “cosas que se den por sentado” en las normas que comprenden un reglamento. Estas deben redactarse de una forma directa y clara.

tipos de reglamentos reglas internas

¿Has comprendido ya para qué sirve un reglamento y por qué es un elemento tan importante en las sociedades humanas?

Como ves, se trata de un elemento esencial para el correcto funcionamiento de grupos sociales, instituciones, empresas y entidades de diferente tipo. Constituye el elemento que rige cómo se deben establecer las relaciones entre los miembros y para con la entidad.

Si estás al mando de alguna institución o club, y te parece que es hora de reescribir sus normas, te invitamos a echar un vistazo a nuestros cursos online de liderazgo. En ellos obtendrás las herramientas necesarias para crear un ambiente de bienestar y equilibrio en tu grupo de trabajo o estudio.

¡A liderar!