Conocer los tipos de resiliencia que existen puede ayudarte a adquirir conocimientos técnicos para aplicarlos en tu vida cotidiana. De hecho, si bien existen personas naturalmente resilientes, la capacidad de la resiliencia puede adquirirse con trabajo arduo y autoconocimiento.
No solamente pueden aplicarse los distintos tipos de resiliencia en la vida personal, sino también en otros ámbitos, como el laboral, por ejemplo. Por eso, para que puedas vislumbrar qué tipos de resiliencia tienes y cuáles debes desarrollar para transformarte en un ser resiliente, hemos preparado este post para ti.
La vida es bella, pero está llena de obstáculos. Y al sobrellevarlos con resiliencia, podrás conocer nuevas facetas de tu personalidad que desconocías. Y hasta convertirte en una persona con mayor fortaleza al potenciar tu adaptación al cambio.
¿Estás listo para ingresar en el universo de los tipos de resiliencia? ¡Allá vamos!
1. Resiliencia natural
La resiliencia natural se refiere a la capacidad de resiliencia con la que uno nace. Se trata de la fuerza vital y forma parte de la naturaleza humana.
Este es uno de los tipos de resiliencia que se aprecia en las experiencias como jugar, aprender y explorar. Y se identifica en las personas al poner en acción todas sus competencias; incluso, cuando fracasan.
De este modo, la resiliencia natural es uno de los tipos de resiliencia que consiste en el proceso de adaptación, recuperación y superación de las adversidades que causan estrés. Este estrés puede provenir de diferentes áreas de la vida, como problemas familiares, financieros o laborales, por mencionar algunas.
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2. Resiliencia adaptativa
Entre los tipos de resiliencia, se encuentra la resiliencia adaptativa, que se presenta cuando las circunstancias requieren aprendizaje, cambio o adaptación.
Como afirma un estudio de Infobae, ante la irrupción de situaciones conflictivas y que generan una disrupción en nuestra vida, la mejor decisión es la aceptación. En efecto, es esencial abrazar lo incierto desde la esperanza, creyendo que tenemos las habilidades necesarias para salir airosos frente al contexto que abruma. Y como consecuencia, podremos llevar a cabo la transformación de los momentos negativos en oportunidades de crecimiento mediante la capacidad de resiliencia.
Así, los golpes de la vida pueden ayudar a construir una resiliencia adaptativa. Es importante mencionar que en todos los tipos de resiliencia, no se trata de ser duro y bloquear las sensaciones de dolor o tristeza. En efecto, el concepto de resiliencia, generalmente, está ligado con el estrés y la tensión emocional. Y al atravesarlos, la persona se convierte en un ser resiliente que cultivará una mentalidad de superación.
3. Resiliencia aprendida
En este post sobre los tipos de resiliencia, no podemos dejar de abordar la importancia de la resiliencia aprendida. Una de las características de la resiliencia aprendida es que incentiva el aprendizaje de las experiencias; y al mismo tiempo, permite desarrollar nuevos pensamientos y comportamientos para recuperarse de eventos estresantes que acontecen en la vida.
Las personas con una resiliencia baja pueden sentirse cansadas, deprimidas, desconectadas o estresadas. Pero la buena noticia es que los tipos de resiliencia se pueden desarrollar.
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Por ejemplo, no todas las personas manejan bien el estrés, pero los ejercicios de respiración los pueden ayudar a relajarse, actuar con claridad en situaciones adversas y hasta fortalecer el pensamiento resiliente.
Otro de los medios que pueden utilizarse para mejorar los tipos de resiliencia; y especialmente, la resiliencia aprendida, es la terapia psicológica.
En efecto, dentro de un contexto terapéutico, puede encontrarse un espacio de progreso personal y de autoescucha activa. Con la ayuda de un terapeuta, la persona puede poner en palabras sus emociones, conocer cuáles son los tipos de resiliencia que posee y transitar situaciones difíciles con más herramientas.
Como dice un análisis de Forbes, ser una persona resiliente implica poner en acción el esfuerzo, la perseverancia y el trabajo en uno mismo. De hecho, la superación de situaciones dolorosas que se presentan en la vida, requieren poner en práctica varios elementos: la creatividad y fortaleza; y desarrollar nuevas competencias individuales para enfrentar contextos adversos de forma resiliente.
Entonces, la resiliencia aprendida es uno de los tipos de resiliencia que más requieren del esfuerzo personal. Para lograr un pensamiento resiliente aprendido, entre los consejos para desarrollar la resiliencia, puedes experimentar nuevas rutinas de autorreflexión, como la escritura de pensamientos y frases de resiliencia en un cuaderno cada día.
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La soledad es el momento perfecto para crear una conversación positiva contigo mismo y recordarte que puedes lograr tus objetivos con resiliencia. Así, actividades como la meditación pueden ayudarte a reflexionar y desintoxicarte de cualquier pensamiento estresante e incorporar los distintos tipos de resiliencia.
En pocas palabras, si quieres desarrollar tu capacidad de resiliencia, tienes que exponerte a nuevas experiencias, donde te desafíes y puedas aprender cosas nuevas. Únete a un grupo de pintura, empieza tu propio negocio o aprende a cantar. No importa la actividad que elijas, solo asegúrate de que sea desafiante y que puedas poner en acción los diversos tipos de resiliencia.
4. Resiliencia corporal
A la hora de enfrentar las dificultades de la vida, tener una adecuada resiliencia corporal es esencial. Hay personas que tienen una amplia capacidad de resiliencia emocional. Pero no sucede lo mismo en relación con otros tipos de resiliencia, como el caso de la resiliencia física. Somos mente y cuerpo; y por eso, se vuelve imprescindible desarrollar la resiliencia corporal.
Dentro de este contexto, una opción para fortalecer esta capacidad de resiliencia corporal implica hacer ejercicio. De hecho, la actividad física brinda una gran oportunidad para reducir el estrés. Hacer cualquier tipo de ejercicio como caminar o practicar yoga, te ayudará a lidiar mejor con el cansancio y la fatiga.
Por otra parte, en este estudio sobre los tipos de resiliencia, te recomendamos que escuches música cuando hagas ejercicio. Y también, que te desconectes de los dispositivos móviles y de la tecnología en general, para encontrarte contigo mismo y alcanzar la resiliencia física que estás buscando.
Esto puede ayudarte a mejorar aún más la experiencia deportiva y tu resiliencia corporal. Así, podrás conectar con tus emociones y pensamientos con mayor facilidad.
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Asimismo, si buscas fortalecer este tipo de resiliencia, puedes realizar distintos ejercicios para concentrarte mejor. De este modo, puedes poner en acción no solamente tus músculos y sistema circulatorio, sino también tu cerebro, a través de rutinas prácticas que optimicen el nivel de concentración que tienes habitualmente y te brinden mayor nivel de resiliencia corporal.
Como dice Jaume Casas, Director Ejecutivo México and LATAM en Wellness Coach Institute y docente a cargo de nuestro curso online de Resiliencia: Adaptación al cambio: “La dimensión física de la resiliencia es aquello que complementa todo nuestro cuerpo, qué hábitos tenemos, si practicamos algún deporte o nos movemos con frecuencia. (...) En cuanto a la dimensión mental, se trata de la concentración, flexibilidad a la hora de pensar y optar por nuevos puntos de vista”.
La vida no siempre será fácil y los tipos de resiliencia te ayudarán a manejar el estrés de una forma positiva. Esto no significa que las situaciones difíciles generen sensaciones positivas. Pero debe existir un equilibrio de experiencias positivas y negativas, por medio de un pensamiento resiliente.Todo, para poder apreciar lo que se tiene, ya que sin oscuridad, no se aprecia la luz.
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5. Resiliencia laboral
Este es uno de los tipos de resiliencia más importantes porque permite que un determinado colaborador pueda superar las presiones que tanto se presentan en el contexto actual del trabajo.
En simples palabras, este tipo de resiliencia se trata de aquella capacidad que tiene un trabajador de recuperarse frente a los cambios que pudiesen acontecer en el ámbito de trabajo en el que está inmerso. Ante ello, con un pensamiento resiliente, es capaz de salir fortalecido, por medio de la transformación de situaciones negativas en positivas.
A continuación, en esta guía sobre los tipos de resiliencia, te presentamos los rasgos y cualidades que las personas con resiliencia laboral van a demostrar:
- Tienen la capacidad de adaptarse al cambio.
- Se diferencian por desarrollar en forma constante, su inteligencia emocional.
- Mantienen relaciones estrechas y duraderas con sus compañeros de trabajo: generalmente, las personas resilientes se rodean de sujetos positivos, con quiénes pueden vincularse sin problemas. Su nivel de comunicación es excelente y buscan siempre el crecimiento personal, a partir de un feedback con aquellos que forman parte de su entorno.
- Pueden sobrellevar los obstáculos.
- Los seres resilientes tenen un sentido humorístico al ver las cosas.
- Se caracterizan por una actitud autocrítica y buscan en todo momento, aspectos a mejorar de su personalidad: el desarrollo de los tipos de resiliencia implica una adaptación con mayor facilidad a los cambios que se presenten.
- Se recuperan rápido ante las dificultades.
- Saben que las cosas suceden por alguna razón.
- Dan su mejor esfuerzo pase lo que pase en todas las tareas asignadas.
- Los individuos resilientes tienen un buen desempeño laboral.
- Confían en que pueden lograr sus objetivos.
- Saben dónde pueden buscar ayuda: confían en sus líderes ante situaciones conflictivas.
- Piensan con claridad bajo presión.
- Toman la iniciativa para resolver un problema.
- No se desaniman ante el fracaso.
- Ser resiliente incluye pensar en sí mismos como personas fuertes.
- Toman decisiones difíciles.
- Actúan, muchas veces, aplicando la intuición, pero sin abandonar del todo su pensamiento lógico.
- Tienen un fuerte sentido de propósito.
- Sienten cierto control en su vida.
- A los que han adoptado alguno de los tipos de resiliencia que existen, les gustan los retos.
- Trabajan para lograr sus metas.
- Se enorgullecen de sus logros.
¿Te sentiste identificado con alguna de estas características de resiliencia?
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El concepto de resiliencia es complejo. Y de este modo, una persona puede tener diversos tipos de resiliencia, pero no todos ellos. Por ejemplo, es posible que posea una gran resiliencia en el ámbito del trabajo, pero muy poca en sus relaciones personales. Con esto, queremos decir que la capacidad de resiliencia es relativa; y variará en función de la persona y la situación a la que se esté enfrentando.
De todos modos, siempre es posible desarrollar las habilidades inherentes a los tipos de resiliencia. Y el caso de la resiliencia laboral no es la excepción. Por eso, te recomendamos dedicarte a realizar cursos sobre resiliencia en el trabajo y/o buscar información bibliográfica, que te ayude a comprender aún más de qué modo encontrar la capacidad de resiliencia que te falta.
Además, ten presente que al conocer los tipos de resiliencia, puedes modificar tu pensamiento y convertirlo en resiliente con el tiempo. Como resultado, tendrás más herramientas para enfrentar cualquier dificultad que pueda presentarse en tu vida.
Desarrollar la resiliencia puede ser tan simple como empezar a hacerte preguntas, explorar tu entorno y ver el sentido positivo de la vida. Como decíamos, no todo es oscuridad, como no todo es luz. Encuentra el equilibrio, al conocer los tipos de resiliencia; y mantente con una mentalidad positiva y curiosa por la vida.
Así, el desarrollo de resiliencia es un proceso muy personal: no siempre será fácil, pero tampoco siempre tiene que ser difícil. Aprender a adaptarse al cambio y la adversidad son acciones que te ayudarán a construir una nueva mentalidad y fortalecer los distintos tipos de resiliencia en experiencias futuras.
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En conclusión, al detectar los distintos tipos de resiliencia que te hemos comentado en este artículo, tienes los conocimientos necesarios para poner en práctica acciones precisas que te ayuden a convertirte en una persona resiliente.
Para adquirir aún más herramientas sobre los tipos de resiliencia y cómo mejorar tu calidad de vida en lo personal y profesional, te invitamos a que conozcas todos nuestros cursos online de Emprendimiento y negocios. Desde allí, podrás elegir cuál es la ruta más adecuada para optimizar tu capacidad de resiliencia, junto con tus habilidades duras y blandas en el ámbito individual y laboral.
Y recuerda que, como dijo Charles Darwin: “No sobrevive la especie más fuerte, ni la más inteligente, sino la que mejor responde al cambio”. Por eso, desarrolla los diversos tipos de resiliencia y vive tu vida con mayor fortaleza.
¡Nos vemos en el siguiente artículo!