Recientemente, Netflix ha incorporado a su catálogo series y películas que retratan sociedades diversas. Aquí te proponemos tres de ellas para conocer cómo se vive en puntos remotos o aislados, sin que tengas que moverte de casa.
Poco ortodoxa
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Esta miniserie alemana de 4 capítulos está basada en la novela autobiográfica de Deborah Feldman, Unorthodox: The Scandalous Rejection of My Hasidic Roots, y presenta la historia de Esty, una joven judía de Brooklyn que decide escapar de la comunidad jasídica en la que vive.
El barrio es Williamsburg, lugar con uno de los contrastes más impresionantes de Nueva York: un lado del puente es un sitio hipster, lleno de locales de moda, bares y arte callejero, y en el otro se encuentra un microcosmos que se rige con completa autonomía y en el que la religión determina todos los aspectos de la vida.
Los judíos ultraortodoxos de Williamsburg forman parte de la comunidad Satmar, una de las más estrictas del judaísmo jasídico —y, por lo mismo, más desvinculada de la cultura moderna—, y rara vez interactúan con el exterior.
Esty, sin abandonar del todo sus creencias religiosas, decide huír de su matrimonio arreglado y su comunidad para buscar una nueva vida en Berlín, donde vive su madre, quien también huyó cuando era joven.
La serie aborda el choque cultural del mundo tradicional judío con la modernidad globalizada desde la perspectiva de una mujer que nunca acepta el rígido molde establecido para las mujeres (y los hombres) en su comunidad de origen.
Califato
Anclada en el género del suspenso, esta serie sueca fue concebida luego de que Wilhelm Behrman, uno de los creadores, leyera la noticia de 3 jóvenes británicas que habían huído de su casa para unirse a ISIS (Estado Islámico de Irak y Siria).
Califato retrata la vida de una serie de personajes marginados de la sociedad sueca que, desde distintas circunstancias, realidades, e incluso países, se vinculan a través del terrorismo islámico.
Por un lado nos presenta a un joven asistente de docencia que busca reclutar adeptos al ala radical terrorista del islam y entrenar a futuros mártires; por el otro, a una mujer casada con un miembro de la organización en Siria que busca ayuda de una agente sueca para volver al país nórdico. Las historias se van entretejiendo por medio de la violencia y el miedo.
Actualmente se vive una crisis de refugiados en el mundo y los desplazamientos forzados producto de la violencia han provocado una crisis de identidad que en ocasiones puede llevar al fundamentalismo. Califato retrata con maestría esta realidad.
El insulto
El insulto, una coproducción de Líbano, Francia, Estados Unidos, Bélica y Chipre, se centra en una disputa ocurrida en Beirut: un hombre palestino y otro cristiano tienen un conflicto aparentemente trivial en torno a una tubería.
Algo que debería de haberse solucionado en un instante con un poco de civismo y respeto termina convirtiéndose en un conflicto mayor que alcanza el ámbito legal porque los protagonistas dejan que sus creencias políticas y religiosas guíen sus acciones. En sus dos protagonistas se revive el histórico conflicto palestino y sus repercusiones en Líbano.
La cinta muestra el absurdo al que se puede llegar con la influencia de ideologías cargadas de prejuicios que encierran un discurso de odio velado. En nombre de este tipo de ideologías han surgido guerras y personas que han perdido su hogar.
El insulto invita a reflexionar sobre los juicios que hacemos sobre los otros a partir de nuestra propia realidad, pero también sobre la necesidad del perdón.
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A pesar de que vivimos en un mundo globalizado, todavía existen marcadas diferencias sociales o religiosas a lo largo del orbe. Con propuestas como las anteriores, Netflix nos permite acceder a ellas fácilmente y nos enseña que entender sus realidades es un modo de conocer un poco más sobre la condición humana.
Te recomendamos explorar esta parte de su catálogo y también esta nota sobre otras de sus series.