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Estilo de Vida

Si te menciono crochet o bordado, es inevitable que alguna vez lo hayas puesto en la lista de pasatiempos anticuados o considerado como un arte al borde de la extinción. Y si, es cierto que esto puede sonarle más familiar a tu abuelita, pero cada vez más, se está adaptando a los gustos de las nuevas generaciones. 

Si aún no he despertado tu curiosidad, en esta nota encontrarás más detalles sobre la historia de cada disciplina, su evolución y cómo se están reinventando estas técnicas con el paso de los años.

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Regresemos un poco

El crochet es un tipo de tejido que consiste en formar una malla pasando un anillo de hilo por encima de otro. Inicialmente fue destinado para la elaboración de manteles y ropa de vestir. 

Su historia especula que este arte proviene de costumbres árabes, sudamericanas y chinas, pero aún no hay pruebas suficientes que lo garanticen. Durante el siglo XVI pasó a cobrar más popularidad en países europeos como Francia.

El bordado es un técnica decorativa hecho sobre tela u otros materiales, siempre con agujas de tamaños variados e hilos de distintas texturas y colores. 

Para conocer su origen nos remontamos al 30,000 a.C, con restos encontrados de vestidos fosilizados y en Siberia donde los primeros humanos le dieron un fin ornamental a sus prendas confeccionadas en pieles de animales. Acercándonos un poco más a nuestro continente, también estuvo en el Perú con la cultura Wari, entre los años 800 y 1100 dC. 

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La adaptación de la técnica

La industria de la moda recuperó la práctica del crochet y la convirtió en tendencia de temporada. Probablemente en los escaparates de tus tiendas más cercanas has encontrado prendas y accesorios de este tipo, en especial en época de verano. 

La versatilidad del crochet ha llegado incluso al calzado, como ejemplo tenemos una versión hecha el año pasado por Converse, donde presentaron distintos modelos confeccionados con esta técnica tradicional. Tambien puedes encontrarlo en bolsos, vestidos y sombreros de marcas como Mango o Zara.

El bordado tomó un rumbo parecido en el rubro textil. Volviendo al escenario local, el bordado ayacuchano se revaloró en el siglo XX, cuando la clase alta comenzó a adquirir piezas personalizadas en talleres artesanales. Este arte también se extendió a las pasarelas internacionales con marcas como Gucci o Versace.

Do it yourself

Desde mediados del año pasado son más personas que tratan de revivir la experiencia del bordado o crochet desde casa. Parte de esto es gracias al establecimiento de la cultura DIY en nuestra rutina. Creo que todos en algún momento hemos creado o diseñado algo sin depender de alguien más. 

Este hecho le quita el peso arcaico de confeccionar una prenda desde cero y nos invita a experimentar con pocos materiales y hasta emprender en nuestro propio negocio del tejido.

Son más las personas interesadas en formarse y perfeccionar su destreza con la aguja e hilo. Y no solo por un fin creativo, también por sus beneficios. Ambos son terapeuticos, te permiten disfrutar del presente, trabajar en tu paciencia y determinación para cumplir tus objetivos.

Para mí, la moda artesanal se encuentra en su mejor momento, con más manos ansiosas por conjugar lo tradicional con los contemporáneo. Ahora que tienes más tiempo libre ¿Te animas a intentarlo? Si buscas iniciarte en el bordado, en Crehana tenemos un amplio catálogo de cursos para tu aprendizaje. ¡Hasta el próximo artículo!

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