¿Tienes idea qué es un retrato escrito? Si tu respuesta es no, te damos un ejemplo de un texto de Harry Potter para que puedas entenderlo mejor:
“Harry tenía un rostro delgado, rodillas huesudas, pelo negro y ojos de color verde brillante. Llevaba gafas redondas siempre pegadas con cinta adhesiva, consecuencia de todas las veces que Dudley le había pegado en la nariz. La única cosa que a Harry le gustaba de su apariencia era aquella pequeña cicatriz en la frente, con la forma de un relámpago”.
¿Te gustaría lograr personajes literarios bien desarrollados que conquisten a tus lectores? Entonces necesitas conocer qué es un retrato escrito y cómo hacer uno.
Si este pequeño mago te ha inspirado a escribir tus propios relatos y personajes (mientras esperabas tu carta de aceptación a Hogwarts con ansias), es probable que, en el desarrollo de tu narrativa, hayas tenido que recurrir al retrato escrito.
¿La buena noticia? Tú también puedes aprender a crear personajes literarios inolvidables siguiendo los pasos para hacer un retrato escrito que tenemos para ti.
Pongamos en contexto este concepto: el retrato escrito forma parte de lo que son las figuras retóricas y, como tal, tiene sus particularidades. ¡Pero no nos adelantemos!
Veamos primero qué es un retrato escrito, para luego indagar en su relación con la figura retórica. Finalmente, te daremos algunos tips de escritura para que hagas un retrato escrito memorable.
¡Prepara tu máquina de escribir invisible y arranquemos!
¿Qué es un retrato escrito?
El retrato escrito es un tipo de figura retórica que consiste en la descripción de los rasgos físicos y psicológicos de una persona, es decir, la combinación de la prosopografía y la etopeya al contar una historia (no entres en pánico: más abajo te contamos qué significan estos términos).
En la literatura, el retrato escrito de un personaje se utiliza para hacerlo presente y más cercano para el lector, estableciendo una relación entre los rasgos interiores y exteriores.
Para caracterizar a los personajes la mejor forma de hacerlo es mediante un retrato escrito. Este texto extraído de Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes es un muy bien ejemplo:
“Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años, era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro; gran madrugador y amigo de la caza”.
Entonces, el retrato escrito es un texto descriptivo en el que el autor puede centrarse en una parte del cuerpo, en una posición o hacer un retrato de cuerpo entero. También puede detenerse en aspectos de la vestimenta y relacionarla con el aspecto físico y la personalidad del personaje.
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¿Cuál es la relación entre figura retórica y retrato escrito?
Dijimos anteriormente que un retrato escrito es un tipo de figura retórica que describe los rasgos de una persona o personaje. Pero ¿qué es una figura retórica?
Las figuras retóricas, también conocidas como figuras literarias, son formas no convencionales de emplear las palabras para dotarlas de expresividad, vivacidad o belleza con el fin de sorprender, emocionar, sugerir o persuadir al lector.
Forman parte de lo que es un retrato escrito y son imprescindibles si quieres crear narraciones únicas, originales y con estilo propio.
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¿Cuáles son las figuras retóricas que se usan en los retratos escritos?
Hay dos tipos de figuras retóricas que tienes que conocer si deseas aprender cómo hacer buenos retratos escritos de los personajes de una historia: la prosopografía y la etopeya.
1. La prosopografía
¿Qué es la prosopografía? La prosopografía es la descripción de las características externas de una persona o animal.
La característica principal de la prosopografía es que se centra en el aspecto físico y detalla cuestiones vinculadas a la apariencia, como el color de ojos y del cabello, la estatura y la contextura corporal. Todos ellos, aspectos esenciales al describir personajes en el retrato escrito.
Ejemplo de prosopografía
“Nippers, el segundo de mi lista, era un hombre de unos veinticinco años, con patillas, algo amarillento y, en general, con un marcado aire de pirata.”
Bartleby, el escribiente de Herman Mellville.
2. La Etopeya
En cambio, la etopeya se emplea para describir el carácter, acciones y costumbres de la personalidad de una persona, o sea, los rasgos psicológicos.
Ejemplo de etopeya
“En la oscuridad el viejo podía sentir venir la mañana y mientras remaba oía el tembloroso rumor de los peces voladores que salían del agua y el siseo que sus rígidas alas hacían surcando el aire en la oscuridad. Sentía una gran atracción por los peces voladores que eran sus principales amigos en el océano. Sentía compasión por las aves, especialmente las pequeñas, delicadas y oscuras golondrinas de mar que andaban siempre volando y buscando y casi nunca encontraban, y pensó: las aves llevan una vida más dura que nosotros, salvo las de rapiña y las grandes y fuertes.”
El viejo y el mar de Ernest Hemingway.
¿Cómo se usan las figuras retóricas?
Uno de los pilares esenciales de la narrativa consiste en saber cómo hacer descripciones de personajes. Esto es tan importante como dominar los diálogos, poner buenos nombres o crear conflictos narrativos.
Como el acto de describir incluye tanto lo físico como lo mental, es habitual que la prosopografía se combine con la etopeya a la hora del desarrollo del retrato de un sujeto: ambas forman parte de lo que es un retrato escrito.
Para ayudarte en la construcción de tus descripciones existen varios recursos, entre ellos se encuentra, justamente, el retrato escrito. Y bien, ¿te ha quedado claro qué es un retrato escrito y su relación con las figuras retóricas?
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¿Cuáles son las características del retrato escrito?
Ya hemos visto qué es un retrato escrito y podemos hacer un pequeño resumen de sus características principales:
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Es una figura retórica de descripción porque refleja en el lenguaje las propiedades de lo referido.
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Combina las figuras retóricas de prosopografía y etopeya.
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Emplea elementos como la personalidad y los rasgos físicos para realizar la descripción.
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Puede estar presente en textos literarios como no literarios. Desde una biografía, un texto periodístico o expositivo, hasta en un cuento, una novela y en textos poéticos.
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Los retratos escritos son importantes porque ayudan a caracterizar a los personajes de un texto literario y a desarrollar una mejor narrativa, y además, son un excelente medio para conocerte y plasmar quién eres tú.
¿Cuáles son los elementos de un retrato escrito?
El retrato escrito debe contener ciertos elementos importantes para ofrecer una descripción completa y detallada, y lograr, así, la atención de los lectores. Esos elementos son los siguientes:
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Cualidades clave de la personalidad del personaje
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Encuadre e iluminación del escenario donde se encuentra
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Detalles de la vestimenta del personaje
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Marcas físicas que denotan expresiones o emociones
Obviamente, hacer un retrato escrito de un personaje no es nada sencillo. Majo Moirón, profesora del curso online de El arte de la escritura, explica que “la personalidad es siempre compleja, y está llena de particularidades que se contradicen y complementan”.
Al desarrollar un retrato escrito, la personalidad de tus personajes debe estar reflejada al máximo posible.
Ya conoces las características de los retratos escritos y sus elementos, y estás un poco más cerca de poder empezar a hacer los tuyos. Ahora veamos cómo se clasifican los retratos escritos.
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¿Cuáles son los tipos de retratos escritos?
De acuerdo a lo que se quiera resaltar en el texto descriptivo, existen dos tipos de retrato escrito:
1. Retrato estático
En este tipo de retratos escritos, la descripción física prima por sobre su carácter moral o personalidad. En Harry Potter se utiliza mucho, por ejemplo:
“Llevaba una túnica larga, una capa color púrpura que barría el suelo y botas con tacón alto y hebillas. Sus ojos azules eran claros, brillantes y centelleaban detrás de unas gafas de cristales de media luna. Tenía una nariz muy larga y torcida, como si se la hubiera fracturado alguna vez. El nombre de aquel hombre era Albus Dumbledore”.
2. Retrato dinámico
Si por el contrario, lo que te interesa resaltar en tus retratos escritos es el comportamiento y personalidad de un personaje, entonces, elaborarás un retrato dinámico. Mira este ejemplo en Los hermanos Karamazov, de Fiodor Dostoyevski:
“En el primero llegaron Pedro Alejandrovitch Miussof, pariente de Fiodor Paulovitch, y Pedro Fomitch, un jovenzuelo silencioso y tímido, que estaba a punto de ingresar a la Universidad. Sin embargo, en la intimidad, el chico hablaba y jugueteaba alegremente”.
El retrato es un texto descriptivo en el que el autor puede centrarse en una parte del cuerpo, en una posición o hacer un retrato de cuerpo entero, detenerse en aspectos de la vestimenta y relacionarla con el aspecto físico y la personalidad del personaje.
Seguro esta clasificación te permitió entender un poco más del tema, pero si aún te hace falta saber cómo crear un retrato escrito, ¡te lo contamos más abajo!
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¿Qué se necesita para hacer un retrato escrito?
Hemos llegado a la parte más divertida, al momento dónde aprenderás qué se necesita para hacer un retrato escrito. Ahora que ya no tienes dudas sobre qué es un retrato escrito, es tiempo de que te pongas manos a la obra.
Entonces, ¿qué se necesita para hacer retratos escritos?
1. Creatividad
La escritura es un arte y el arte va de la mano con la creatividad. Si quieres elaborar retratos escritos magníficos, debes desarrollar al máximo tu pensamiento creativo. ¡Hay muchas técnicas para desarrollar la creatividad!
2. Practicar la escritura
Aún si eres un escritor profesional, debes practicar tu narración. Recuerda que la práctica hace al maestro, y si quieres elaborar excelentes retratos escritos, lo mejor es que hagas ejercicios de escritura con regularidad. También, puedes empezar por revisar nuestros cursos de escritura para enamorarte de la narración.
3. Definir la finalidad de los retratos escritos que quieres hacer
Por ejemplo, ¿eres escritor y quieres hacer retratos escritos para caracterizar a los personajes de tu novela? ¿Quieres hacer un retrato escrito personal o retratos escritos de personajes célebres?
4. Conocimiento narrativo
Conocer los recursos y técnicas narrativas es elemental para elaborar retratos escritos. Principalmente si quieres hacer retratos escritos para describir personajes.
5. Leer mucho
Leer es escribir. Investiga las obras y autores que utilicen este recurso; la mejor forma de aprender es a través de ejemplos de retratos escritos.
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¿Cómo hacer un retrato escrito?
Dentro de las definiciones de lo que es un retrato escrito también podemos decir que funciona como un recurso al que el autor acude para transportar las imágenes e ideas de su cabeza al papel cuando realiza una descripción de sus personajes.
El autor, para ser lo más preciso posible en la visión que tiene de sus personajes y de la historia, debe elegir el vocabulario adecuado y el empleo de recursos expresivos como, por ejemplo, comparaciones, metáforas, adjetivos explicativos y especificativos.
Entonces, ¿cuáles son los pasos para hacer un retrato escrito? Toma nota:
1. Observación de rasgos
Observa y selecciona los rasgos que más se destacarán en el personaje que estás creando, tanto físicos como psicológicos.
2. Haz una lista de los rasgos
Enlista solo los rasgos más característicos en orden: primero los físicos y después las cualidades psicológicas que irán a tu retrato escrito.
3. Selecciona el vocabulario y los recursos correctos
Elige las palabras y los recursos expresivos que vas a utilizar para darle fuerza a tu descripción y unir los rasgos que seleccionaste para tu retrato.
4. Añade un contexto
Completa tu retrato escrito añadiendo un entorno: incluye en la descripción algún espacio que brinde imágenes y sensaciones para darle sentido a tu personaje.
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Factores a tener en cuenta:
- Sé equilibrado con las descripciones de los personajes. Evita dedicar dos páginas completas a un personaje secundario o dos renglones a tu personaje principal.
- No reiteres información. Ser redundante en una descripción puede aburrir a tu lector. Al hacer el retrato escrito de tu personaje no repitas palabras que funcionan como sinónimos.
- No describas un personaje solo porque aparece en escena. Se vuelve tedioso para el lector leer la descripción de un transeúnte o de un personaje que acaba de aparecer y con el cual el lector no se ha familiarizado aún.
- El texto descriptivo del retrato escrito debe llevar un orden. Debes ir desde los rasgos más característicos del personaje a los menos destacables.
Por último, es importante mencionar que en el retrato literario también se incluye la descripción de animales, objetos y lugares, aunque, es más común utilizarlo para describir las características físicas y emocionales de un personaje.
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¿Cómo hacer retratos escritos propios?
¿Te quedó alguna duda sobre qué son los retratos escritos? ¿No? ¡Muy bien! Entonces, si ya estás listo para elaborar tu primer retrato, una buena idea, antes de comenzar tus retratos escritos para describir personajes, es hacer un retrato escrito personal.
De esta forma, haces un ensayo previo y, a la vez, un ejercicio de autoconocimiento. Nadie te conoce mejor que tú, y si aspiras a elaborar retratos escritos para cuentos o novelas, comenzar a hacer uno de ti mismo será un excelente ejercicio.
De acuerdo al portal Cultura Colectiva, los pasos para hacer un retrato escrito personal son:
1. Observa con detenimiento tus rasgos característicos: tanto físicos como de tu personalidad.
2. Haz una lista de tus rasgos físicos más importantes: aquellos que creas que te hacen diferente y que llamarán la atención en un retrato descriptivo.
3. Ahora enlista tus características psicológicas: esas que te definen y hacen especial tu carácter y personalidad.
4. Combina ambos aspectos en un texto: procura utilizar adjetivos que califiquen los rasgos que seleccionaste para tu retrato escrito.
5. Añade un entorno para complementar tu retrato: describir algún espacio que te brinde imágenes y sensaciones, le dará más sentido a quién eres.
¡Listo! Así de sencillo es crear un retrato escrito personal. Recuerda elegir aspectos que destaquen y otros que te identifiquen fácilmente, ¡así sabrán que tu retrato escrito habla de ti! Y, por si necesitas ayuda para detectar tus cualidades, te dejamos esta guía de autoconocimiento que puedes descargar gratis.
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Ejemplos de retratos escritos de personajes
Un buen ejemplo de retrato escrito debe incluir, en su descripción, elementos que buscan potenciar la imaginación del lector. Como hemos dicho antes, el retrato literario es un recurso que presenta a un personaje al lector, y lo hace creíble, visible y, sobre todo, real. Veamos algunos ejemplos de retratos escritos de personajes célebres y otros no tan conocidos.
Madame Bovary, de Gustave Flaubert
Los textos que siguen son ejemplos de retratos escritos simples, sin demasiada adjetivación ni muchos detalles.
“Era un chico de campo, de unos quince años, y más alto de estatura que cualquiera de nosotros. Llevaba el pelo cortado recto sobre la frente, como un chantre de pueblo, y parecía formal y muy azorado”.
“Aunque no fuera ancho de hombros, su casaca de paño verde con botones negros debía de molestarle en las sisas y dejaba ver, por las vueltas de las bocamangas, unas muñecas rojas habituadas a ir descubiertas”.
El Solitario, de Azorín
En esta obra literaria, encontramos el siguiente ejemplo de texto descriptivo:
“Esta mujer extraordinaria servía a un amo que era su polo opuesto. Vivía enfrente de casa; era un señor silencioso y limpio; se acompañaba siempre de dos grandes perros; le gustaba plantar muchos árboles”.
Abuelita, de Hans Christian Andersen
Si aún tienes dudas sobre lo qué es un retrato escrito y del poder que tiene en un texto literario, te dejamos estos ejemplos extraídos de una obra de Hans Christian Andersen:
“Abuelita es muy vieja, tiene muchas arrugas y el pelo completamente blanco, pero sus ojos brillan como estrellas, sólo que mucho más hermosos, pues su expresión es dulce, y da gusto mirarlos. También sabe cuentos maravillosos y tiene un vestido de flores grandes, grandes, de una seda tan tupida que cruje cuando anda. Abuelita sabe muchas, muchísimas cosas, pues vivía ya mucho antes que papá y mamá, esto nadie lo duda”.
“Sentado junto a ella hay un hombre, joven, vigoroso, apuesto. Huele la rosa y ella sonríe”.
Drácula, de Bram Stoker
Una de las novelas más conocidas de la historia no podía no incluir un retrato escrito ejemplar en sus páginas:
“Por la luz que despedían nuestras lámparas, al caer los rayos sobre ellos, pude ver que los caballos eran unos espléndidos animales, negros como el carbón. Estaban conducidos por un hombre alto, con una larga barba grisácea y un gran sombrero negro, que parecía ocultar su rostro de nosotros. Sólo pude ver el destello de un par de ojos muy brillantes, que parecieron rojos al resplandor de la lámpara, en los instantes en que el hombre se volvió a nosotros”.
Dombey e hijo, de Charles Dickens
Las obras de Charles Dickens poseen grandes ejemplos de descripciones de personajes. En el texto a continuación se puede observar cómo el autor centra su retrato escrito en un único rasgo: la sonrisa.
“El señor Carker era un caballero de unos treinta y ocho a cuarenta años, de apariencia saludable y con dos filas de dientes impecables y brillantes, cuyo aspecto homogéneo y blancura resultaban bastante inquietantes. Era imposible dejar de mirarlos, ya que los enseñaba siempre al hablar; y sonreía tan ampliamente (una sonrisa sin embargo muy extraña, que se extendía más allá de su boca), que había algo en ella que recordaba al bufido de un gato”.
¿Qué otro ejemplo de retrato escrito agregarías? Piensa algún texto que hayas leído recientemente y que pueda servirte de inspiración para futuras caracterizaciones.
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5 tips para crear tus personajes literarios
Con el retrato escrito de un personaje no basta, debes conocer en profundidad a tus personajes principales para que actúen, sin ser predecibles, de forma coherente y creíble.
La revista Muy Interesante explica este aspecto de los retratos escritos así:
“Lo más importante de un personaje es que sepa su lugar en la historia. Sus actos y diálogos deben tener importancia dentro de la historia que se nos está contando y su carácter coherencia con el mundo en el que estamos metidos. A nadie le resultará extraño que, en El principito, una rosa desafíe a los temibles tigres sintiéndose orgullosa y confiada de la letalidad de sus espinas porque el libro nos ha llevado a pensar que esa situación es posible”.
Si realmente quieres sorprender a tus lectores y que se encariñen con los personajes que has desarrollado, toma nota de estos 5 tips para crear tus personajes literarios.
1. Crearle un pasado
Escribe una biografía sobre su pasado, sus estudios, dónde vivió, sus padres, si estuvo casado, si enfermó de algo en la niñez y todo lo que deberías saber de una persona cuando la conoces bien a fondo. Esto te servirá de guía durante todo el proceso de escritura creativa.
2. Darle un punto vulnerable
Si un personaje es muy temerario, es poco creíble; por eso, debe tener ese punto débil que lo puede meter en problemas y complejizar la historia que estás contando.
3. Darle virtudes o cualidades distintivas
En la descripción de tu personaje incluye un rasgo que lo haga especial para que el lector los recuerde.
4. Definir cuál es su meta
Es el propósito por el que forma parte de la historia y hace que se mueva en una dirección.
5. Definir cuál será su evolución
Al crear un personaje literario, debes tener en claro cuál será el cambio de carácter, moral, situación económica, emocional o la evolución por la que pasará, así como qué es lo que aprenderá durante el transcurso de la historia. Esto le da una dimensión humana.
Por último, antes de hacer tus retratos escritos de personajes, ten en cuenta las palabras de nuestra profesora Majo Moirón:
“Aquí no se trata de ser fiel a nadie. Un personaje puede arrancar estando basado en un padre y tener características que sacamos de nuestros amigos, un profesor, o de un cantante que admiramos, cualquier cosa. Lo importante aquí es no olvidarnos de la ambigüedad de la vida, nadie es malo ni bueno, todos somos un poco de las dos cosas.”
Si quieres profundizar en el tema del desarrollo de un personaje o perfeccionar tu escritura, no dudes en sumarte al curso online de El arte de la escritura. Te dejamos un adelanto:
¡Hasta aquí hemos llegado con los retratos escritos!
Has aprendido sobre figuras retóricas, qué es un retrato escrito y cómo hacer uno, e incluso cómo llevar ese personaje que tienes en mente al papel para que cobre vida en tu historia.
Como habrás visto, la descripción de personajes literarios es todo un arte que no nace de la nada. Es importante contar con referencias que alimenten tu creatividad. Por eso, lo mejor para lanzarte a escribir es leer mucho y practicar la escritura con estos ejercicios:
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Buscar en tus libros favoritos esos párrafos en los que haya descripción de personajes y ver cómo lo hace el autor.
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También puedes lanzarte directamente a practicar creando, por ejemplo, el retrato escrito de un famoso, de un familiar o de alguien a quien conoces bien.
Los personajes son tan importantes como lo que sucede en tu historia. Ahora que ya sabes qué es un retrato escrito y cómo construir personajes creíbles, ¡dale vida a esa historia que tienes en mente!
¡Muchos éxitos y a escribir!